El Ayuntamiento de Alzira y la Junta Local Fallera han propuesto esta tarde aplazar las fiestas hasta el puente de octubre, en el que se espera una mejor situación sanitaria. La recomendación, que trasladaron de forma conjunta a los presidentes de las nueve comisiones partidarias de plantar en septiembre, se basa en la posibilidad de celebrar unas Fallas con más actos y menos restricciones.
El alcalde de Alzira, Diego Gómez, fue el primero en tomar la palabra. Defendió, por varias razones (aunque todas ellas relacionadas con la situación sanitaria), el cambio de fecha para el calendario fallero. Por un lado, el número de contagios. En ese sentido, recordó que cuando se acordó trasladar las fiestas josefinas a septiembre, antes del verano, la incidencia del virus era muy baja. La ciudad oscilaba entre 20 y 40 casos por cada cien mil habitantes. «Pero en julio la situación ha cambiado de forma radical, los casos de Covid se han disparado y todavía tenemos una tasa por encima de 300. Estamos bajando lentamente y, seguramente, cuando llegue septiembre todavía no la habremos reducido del todo», ha argumentado.
También se busca evitar la llegada masiva de visitantes. «Estábamos preparados para celebrar unas fiestas en las condiciones que nos planteasen las autoridades sanitarias. Para las ‘mascletaes’ se habían organizado cuadrantes de quinientas personas como máximo, por ejemplo. Pero coincido con el alcalde en que se generaría un preocupante efecto llamada. Podemos hacernos responsables de la gente de Alzira, pero no de la de otros pueblos», ha manifestado Jaume Bohigues.
Los presidentes tendrán una semana para trasladar a la junta y al consistorio su decisión, que espera unánime. «Queremos ir todos juntos de la mano en este proceso, que nadie se quede por el camino», ha concluido Bohigues.
