La nueva directiva de la Asociación de Familiares de Enfermos de Alzheimer de Alzira trabaja con el reto de reabrir la unidad de día que cerró hace casi un año al resultar inviable su mantenimiento con las limitaciones que imponía la pandemia y ha convocado un proceso de inscripción para conocer cuántos usuarios y con qué grado de dependencia solicitan plaza para poder planificar el servicio.
«Se trata de una unidad que, por desgracia, cada día es más necesaria porque esto afecta cada vez a más personas y, por desgracia, cada vez más jóvenes», comentó ayer la nueva presidenta de AFA-Alzira, Ana Corts, mientras señalaba que, a diferencia de la coyuntura que motivó el cierre del taller, «creemos que sí se dan las condiciones para poder reabrir, sobre todo, por la demanda de los familiares y usuarios, así como las nuevas familias que vienen a pedir información», comentó Corts.
El taller cuenta con 50 plazas, si bien debido a las restricciones actuales puede abrir con un 75 % del aforo, lo que se traduce en unos 37 usuarios. Ana Corts indicó que la asociación «ya se ha reactivado» y ofrece apoyo psicológico, personal, administrativo... a las familias de enfermos y, paralelamente, dijo, «estamos trabajando muy duro para abrir la unidad de día, si puede ser el próximo mes de noviembre», apostilló. Corts señaló que se trata de un esfuerzo importante ya que, a la espera de conocer cuántos usuarios se inscriben y el grado de dependencia de cada uno de ellos, la reactivación de este taller que ofrece terapias para estimular a las personas que asisten con el objetivo de que sean independientes el máximo tiempo posible y, a la vez, dar un respiro a los cuidadores, obligará a contratar a un mínimo de diez personas.
Corts asumió la presidencia de la asociación con un nuevo equipo formado íntegramente por mujeres en la asamblea general celebrada en junio, tras manifestar la anterior junta la decisión de no continuar tras un año muy complicado como consecuencia de la pandemia. La directiva anterior se encontró pocos días después de tomar posesión con la declaración del estado de alarma por la eclosión del coronavirus que obligó a cerrar el centro de día -aquel 13 de marzo de 2020 el taller contaba con alrededor de 45 usuarios- aunque, con el tiempo, las limitaciones que imponían las autoridades sanitarias para abrir -en este caso la limitación del aforo al 50 %- y el temor a que el taller se convirtiera en un foco de contagios prolongaron el cierre hasta que, a finales de año, optó por formalizar el despido de los doce trabajadores que conformaban la plantilla antes que quedarse sin recursos para poder afrontar las indemnizaciones. La entonces presidenta ya dejó dicho que no se trataba de un cierre definitivo, ya que la asociación continuaba activa, y se trata de un servicio necesario.
Diez usuarios en lista
La nueva directiva centra ahora los esfuerzos en reactivar esta unidad de día y, de momento, cuenta con diez usuarios inscritos. «Hay asociaciones de otros pueblos que nos preguntaban cuándo íbamos a volver a abrir porque la gente se ha tenido que buscar la vida en centros privados, en otros pueblos o en otra asociaciones porque se trata de un servicio cada vez más necesario», comentó Corts ayer, Día Mundial del Alzhéimer, que la asociación conmemoró con una concentración en las puertas del centro social de les Basses y que aprovechó para dar a conocer la próxima reapertura de la unidad de día en estas instalaciones que ya ocupaba.
Cerca de 30 % de los afectados no cuentan con un diagnóstico
La Asociación de Familiares de Personas con Alzheimer y otras demencias de Sueca (Afasu) organizó ayer un acto conmemorativo del día mundial de esta enfermedad. Elvira Oviedo, presidenta del colectivo, leyó un manifiesto en la puerta del consistorio. El eje central de las reivindicaciones que plantea la Confederación Española de Alzheimer, señaló Oviedo, parte de «la importancia del diagnóstico precoz, imprescindible para llegar a tiempo, no sólo en la detección, sino, sobre todo, en la puesta en marcha de los necesarios procesos de intervención terapéutica que deben dirigirse al conjunto de la familia afectada por el alzheimer u otro tipo de demencia». Asimismo, explicó que el diagnóstico es la herramienta imprescindible para reducir las alarmantes cifras que representa el infradiagnóstico de esta enfermedad neurodegenerativa que, de acuerdo con la Sociedad Española de Neurología, puede alcanzar alrededor del 30% de casos sin diagnosticar.
