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La ermita de Sant Miquel de Corbera, la gran olvidada

El templo fundado por mandato del rey Jaume I en el año 1248 es hoy un edificio en ruinas que corre el riesgo de desaparecer

La ermita de Sant Miquel de Corbera, la gran olvidada |

Fundada por mandato real en 1248, la ermita de Sant Miquel de Corbera es una desconocida y en muchas ocasiones la gran olvidada para quienes visitan esta localidad de la Ribera Baixa e incluso para sus propios habitantes. No obstante, la importancia de este monumento resulta de vital importancia para entender un periodo clave histórico, como fue el de la conquista cristiana del territorio del sur del Xúquer en tiempos del rey Jaume I, en el siglo XIII.

La ermita de Sant Miquel de Corbera, la gran olvidada |

La presencia humana en este lugar se remonta mucho más allá en el tiempo y se retrotrae incluso a los tiempos prehistóricos. En la cima de la montaña que se levanta como una isla en medio de la extensa planicie, existe un yacimiento arqueológico datado en el periodo del Bronce Valenciano. La abundancia de agua en sus proximidades hizo que el asentamiento humano fuera continuo.

La ermita de Sant Miquel de Corbera, la gran olvidada | GÓMEZ SAHUQUILLO

A los pies de la montaña, en los bancales de los huertos próximos, encontramos restos cerámicos y constructivos de la presencia romana en este entorno privilegiado. Posteriormente, los musulmanes dejaron también su huella en dicho lugar y construyeron un edificio militar en la parte más elevada de la montaña. Algunos autores apuntan que lo hicieron sobre restos de una edificación visigoda. La existencia de una torre en la cima fue corroborada con la prospección arqueológica y la visita de los técnicos de la Conselleria de Cultura en 1998.

La ermita de Sant Miquel de Corbera, la gran olvidada

Los restos andalusíes fueron aprovechados para la construcción posterior de la iglesia cristiana en el siglo XIII. De todas maneras, aún se conservan estructuras o lienzos murales de la torre y edificación musulmana.

La ermita de Sant Miquel de Corbera, la gran olvidada

Alusiones a una edificación previa

En su momento, el historiador francés André Bazzana ya señalaba que la base de los muros del templo cristiano es diferente al resto de la construcción llevada a cabo por los cristianos. Por su parte, el profesor Pedro López Elum apuntaba también que, en el documento fundacional de la iglesia, cuando se habla del término «pódium» en latín medieval sugiere, a veces, la existencia de una edificación previa. Pierre Guixard habla de una torre islámica en la cima de esta montaña, que naturalmente estaría relacionada con el castillo de Corbera.

Los autores franceses también proponen que la edificación allí ubicada en tiempos musulmanes, podría tratarse no tan solo de una torre militar sino de una mezquita o edificación islámica de carácter religioso, aunque la construcción de una mezquita en altura no era lo habitual. Sea como fuere, lo cierto es que a partir de 1248, sobre la elevación de la montaña, se funda y se construye la primera iglesia cristiana, siendo la más importante dentro del territorio de la jurisdicción del castillo de Corbera.

En 1245, el monarca tiene ya intención de levantar una iglesia en este lugar. Será el 12 de julio de 1248 cuando Jaume I entrega la montaña y unas hanegadas de tierra en sus proximidades para la construcción de un templo. Se funda de este modo la primera parroquia cristiana de Corbera.

El monarca firma un documento donde nombra cura de Corbera a Fray Bernat Oller. El rey hace entrega al fraile de dicha montaña para que lleve a cabo la fundación de la iglesia: «…damus et concedimus per (h)ereditatem prop(r)iam et liberam, vostris frati Bernardo et vestris succesoribus in perpetum milud q(u)od es tante castrum de Corbera ad construendum ibi ecclesiam…». Este documento se perdió y fue nuevamente renovado en la ciudad de Alzira por el monarca en 1276.

Traslado a Riola

Con el tiempo, la parroquia principal y el «Consell de la Vila de Corbera» pasó de esta iglesia a Riola, donde se levantó un nuevo edificio religioso, siendo el lugar donde se reunía dicho consejo.

Convertida en ermita beneficiaria, en su interior estaba entronizado el patrón de la «Señoría de Corbera», San Miguel Arcángel. Un ermitaño beneficiario se encargaba de la salvaguarda y mantenimiento del edificio. Justo al lado de la ermita se encontraba la casa donde residía, edificación que había aprovechado los restos de la antigua torre andalusí.

El templo se convirtió en lugar de peregrinación para todos los habitantes de la comarca y también de comarcas vecinas. La documentación de la época habla de numerosas donaciones testamentarias a favor de Sant Miquel de Corbera, sobre todo en los siglos XIV y XV.

Beatriu, viuda de Perpinyà Jaspert de Sueca en 1311, otorga testamento ante Maimonides Perri y en él podemos leer como da una cantidad de dinero para este templo de Corbera: «Operari Sancti Michaeli Corbaire…duodecim denarios». Lo mismo hace en 1332 Na Jacma, que era de la alquería de Beniatzir del término de Corbera: «Item, operari Sancti Michaelis Corbarie, duos solidos». La misma cantidad entregan en 1375 Pere Auguer y Caterina Riera de Cullera y también Na Guillamona de Algemesí. Hace lo mismo Guillamona de Alcúdia en 1371 y Guillem Mateu de Castelló de Xàtiva en 1375. En 1408 hace lo propio Gostança, esposa de Berenguer Serra de Alzira.

En 1570, el visitador diocesano Miquel Espinosa, en su visita pastoral, nos dice que Sant Miquel de Corbera tenía una renta anual, una viña y tierra campa.

Del siglo XVIII tenemos mucha documentación sobre la ermita de Sant Miquel, la cual se custodia en su mayor parte en el archivo de la «Vila i Honor de Corbera» en Riola. El consistorio que tenía su sede en esta población, era el encargado de la custodia y mantenimiento del edificio así como organizar los actos y las fiestas que se debían hacer al patrono de la Baronía y también al copatrono San Bernabé que tenía su ermita en Alcúdia, antigua alquería ubicada en las proximidades de la actual población de Benicull.

Protector del campo

Sant Miquel era el protector de las tierras y cosechas de la «Vila i Honor». En 1749 el ayuntamiento se congratula debido a que las inclemencias del tiempo y las terribles tormentas que habían afectado a otros lugares de la comarca no hicieron ningún daño en esta baronía. Por tal motivo, y en agradecimiento a la intercesión del santo arcángel, se prepara con entusiasmo la celebración de las fiestas en honor a su santo protector: «…quando en las demas poblaciones de las cercanías se ha observado el rigor de la divina justicia en piedras, granizo, lluvias y otras tempestades devida es clemencia al patrocinio del Arcángel San Miguel en cuyo medio del termino de esta Villa se festaja su hermita se haga en este año en el dia de su festividad la misa y sermón que en algunos años se ha acostrumbrado con la solemnidad correspondiente y que asista este ayuntamiento costeando la Villa de sus propios la comida para los capitulares, religiosos y cantores asistentes y demas gastos». En 1741, la comida para celebrar la fiesta consistió en: «…un desayuno de chocolate, viscocho, pan, agua y asucar…».

La ermita de Sant Miquel estuvo abierta al culto hasta principios del siglo XIX. Con la desintegración de la Baronía de Corbera en 1836, donde todos los pueblos que la componían se erigieron en municipios independientes con sus propios ayuntamientos y parroquias, esta ermita acabó por abandonarse. En 1848 ya era de propiedad particular. En la actualidad es un edificio en ruinas.

Estado de abandono

Actualmente la ermita está abandonada, con peligro de que sus estructuras colapsen y cedan. Este noble edificio cargado de historia, si no se le pone remedio urgentemente, se sumergirá muy pronto en el más absoluto olvido; desaparecerá para siempre y con ello parte de nuestra historia.

No hay que olvidar que un pueblo que no cuida su patrimonio, que da la espalda a la historia no es nada y si permite que esto suceda, simplemente dejará ser pueblo, pues sus raíces y su identidad las habrá perdido.

historia en ruinas. Lo que queda de la ermita. 1 Una perspectiva de la huerta y las montañas de la sierra desde la puerta principal.

2 Puerta de entrada

3 Fachada principal y espadaña. e4 Documento fundacional de 1238. 5 Nueva imagen de Sant Miquel. F

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