La misma empresa que trabajó en la localización en el convento de las Trinitarias de Madrid de lo que supone son los restos de Miguel de Cervantes, ha participado en la búsqueda de los de Calderón de la Barca y ha colaborado con las fuerzas de seguridad del Estado en el rastreo de cuerpos que se creía enterrados para ocultarlos, algunos de los casos enormemente mediáticos, realizó ayer un «chequeo integral» a la gasolinera de la avenida de Luis Suñer para tratar de determinar si el subsuelo se encuentra contaminado por las fugas de hidrocarburos que sufrió la estación de servicios.
La empresa de Geofísica Falcon High Tech recurrió a tres técnicas diferentes de análisis del suelo que permiten realizar un estudio hasta doce metros de profundidad de forma no intrusiva y, salvo que detecte algún peligro, en un plazo de ocho días comunicará los resultados de esta radiografía del terreno. «Escaneamos por completo la instalación para marcar los puntos de contaminación, siempre que los hubiera», explicó el representante de la firma. La información que facilite en esta radiografía con alta resolución del terreno permitirá planificar los trabajos de descontaminación si finalmente son necesarios.
Los técnicos de Falcon recurrieron por un lado a un pequeño dron dotado con cámaras termográficas y de infrarrojos para realizar un primer reconocimiento de la parcela y, con posterioridad, a un perfilómetro y a un georradar para realizar un estudio a través de corrientes eléctricas e impulsos electromágneticos. Se trata de pruebas «redundantes» con sistemas distintos -si bien el georadar es el método de más alta resolución- que evitan cualquier «falso positivo», según explicaron los representantes de la empresa al concejal de Servicios Municipales, Fernando Pascual, que se acercó a presenciar el inicio de los trabajos en la antigua gasolinera.
