Las Fallas más atípicas de Alzira han dejado un buen sabor de boca, tanto en términos sociales (liberación de presiones para contagiar optimismo, disfrute colectivo, recuperación de la calle como espacio festivo y reposición de las tradiciones que nos identifican como pueblo) como económicos (un balón de oxígeno para los artesanos y sectores profesionales que dependen del ciclo fallero, y también para la hostelería que tanto ha sufrido durante la pandemia). Las fiestas han sido el primer ensayo de vuelta a la normalidad tras 19 meses de restricciones y temores sanitarios. Y la maquinaria no se detendrá. El presidente de la Junta Local Fallera, Jaume Bohigues, ha avanzado que en noviembre empezarán las presentaciones falleras del 2022.
A la espera de que se analicen los efectos sobre la incidencia Covid, ayer todo fueron parabienes. El edil de Fiestas, Xavi Pérez, se mostró ayer agradecido y aliviado: «Se ha disfrutado de una fiesta impresionante que se ha convertido en una vacuna social para el pueblo, que ha vuelto a sonreír con estas Fallas». El concejal destacó que la menor presencia de monumentos en las calles se compensó con el refuerzo de los espectáculos pirotécnicos, muy agradecidos por la ciudadanía.
«El balance es muy positivo, y económicamente ha representado para la ciudad una inyección muy importante sobre todo para la hostelería, peluquerías, pirotecnias, etcétera», enfatiza el regidor de Fiestas quien, en concordancia con las valoraciones que el alcalde, Diego Gómez realizó a Levante-EMV, subraya «el acierto que supuso retrasar las fallas de septiembre a octubre». Y aunque se preveían lluvias, el tiempo finalmente fue agradable.
«Las Fallas han sido históricas y diferentes, porque se han celebrado en octubre, y porque solo han plantado seis comisiones; pero han sido también multitudinarias: ha venido gente otras localidades y de València capital», añade el edil, que agradece el esfuerzo realizado por las seis comisiones de la ciudad que han plantado sus monumentos «y también a toda la gente que ha trabajado para hacer posibles estas fallas, a las falleras mayores, Alba Carrió i Clàudia Dolz, y a la Junta Local Fallera» .
