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La histórica compra de Aigües Vives abrirá la incógnita sobre su uso

El antiguo convento agustino se rehabilitará una vez adquirido por el Consell mediante un proceso que deberá considerar a qué se destina

Las señales que prohíben el paso no han evitado que, durante años, se hayan producido actos vandálicos o intentos de robo. | PERALES IBORRA

La futura compra del monasterio de Santa Maria d’Aigües por parte del Consell marca un antes y un después en la historia patrimonial de la comarca. La administración autonómica dejará de velar por el estado del otrora convento agustino, declarado Bien de Interés Cultural (BIC), de forma indirecta para ejercer su tutela de una forma activa. La simple predisposición del gobierno valenciano abre ahora la incógnita sobre el uso que tendrá una vez se complete la necesaria remodelación que pondrá fin a años de vandalismo, hurtos y deterioro.

Precisamente ese aspecto destacó ayer el alcalde de Carcaixent, Francesc Salom, tras conocer la inclusión del proyecto en los presupuestos participativos del Consell después de que quedase descartado en la última fase: «Es de agradecer que los equipos de tres consellerias: Cultura, Hacienda y Participación, decidan incluir este proyecton su hoja de ruta de entre una larguísima lista de propuestas. La inversión de diez millones es muy importante, pero más lo será la apuesta que debe venir después, que es discernir a qué se destina este edificio. A fin de cuentas, uno no se compra un coche para tenerlo guardado en el garaje», ejemplificó.

Tanto el alcalde de Carcaixent como las máximas autoridades de los otros municipios implicados, Alzira y la entidad local menor de la Barraca, siempre se habían mostrado escépticos sobre la vía que ahora precisamente se abre. La opción de la compra del inmueble por parte de la administración autonómica se aventuraba como la única opción para salvar al antiguo conjunto agustino de la ruina total. Al mismo tiempo, parecía impensable que el Consell adquiriese un elemento patrimonial en manos privadas. O que este en concreto fuese una prioridad con respecto a otros. De hecho, hace tres años se reunieron representantes de las administraciones locales y la autonómica y se puso sobre la mesa la posible compra pública, sin que se concretase nada. «Por suerte, se ha producido una especie de conjunción astral y las voluntades políticas y ciudadanas han ido de la mano en este proceso participativo que se convertirá en una gran oportunidad no solo para los pueblos implicados, sino para toda la comarca», destacó Salom.

Varios años en venta

El proceso tampoco se antoja sencillo, pese a que haya dos partes predispuestas: una con la necesidad de vender y otra con el deseo de comprar. El monasterio lleva en venta varios años, concretamente desde de que la empresa que lo gestionaba como negocio entrara en concurso de acreedores y éste derivara en el cierre. Aunque ha suscitado el interés de algunos compradores, el elevado coste que requeriría completar la transacción y acometer la reforma necesaria (añadido a su condición de BIC) han ahuyentado a todos y cada uno de ellos. Y, aunque el Consell haya anunciado su intención de destinar diez millones de euros al monasterio, dicha cantidad debe cubrir no solo la transacción económica sino también el inicio del procedimiento administrativo para llevar a cabo la tan necesaria rehabilitación.

Solo entonces se comenzará a desgranar la incógnita definitiva: ¿A qué se destinará el monasterio? Se trata, además, de una cuestión que marcará también el desarrollo de las obras de consolidación del inmueble. «Se trata de un edificio con unas características muy definidas y una estructura muy particular que condicionarán su uso y marcarán las líneas a seguir en la reforma, ya que dependiendo de para qué se destine se deberán realizar unas obras u otras. Pero ese momento ya llegará y seguro que el Consell encuentra unas necesidades que satisfacer con el monasterio. Ahora lo que realmente importa es que lo vamos a salvar de la ruina», concluyó el alcalde carcaixentí.

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