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Alzira reclama a los vecinos que dejen de alimentar a las palomas urbanas

La edil alerta de que la prohibición se incumple de forma reiterada y que dar comida agrava el problema

Palomas en una terraza, en una foto del pasado verano. | EMMA SANCHIS

«La dispersión natural de las palomas es lo más viable sobre el papel, pero hasta que no tengamos claro al 100 % que la mejor opción es construir un palomar, no vamos a hacer nada. Las palomas no van a morir de hambre por no alimentarlas. Darles de comer hace el problema más grande». La concejal de Sanitat y Bienestar Animal, Gemma Alós, defendió ayer en el pleno que antes de dar cualquier paso para atajar la sobrepoblación de palomas en el centro urbano hay que tener claro todo el proceso para evitar generar nuevos problemas y dejó entrever que la propuesta planteada por los combicultores de buscar un punto elevado para crear un refugio plantea una serie de condicionantes que pueden hacerla «imposible».

«Es la opción más viable, pero si después se reúnen 300 palomas, qué hacemos. Alguien lo tendrá que gestionar», reflexionó en voz alta durante el debate de la propuesta del PP que exigía medidas de control, que fue rechazada por el gobierno municipal (Compromís-PSOE) alegando que, por un lado, ya se está buscando una solución y, por otro, que las medidas de limpieza que reclamaba ya se están aplicando.

El área de Sanitat, coincidiendo con la publicación por Levante-EMV del debate que se abría por el problema de la sobrepoblación de palomas, defendió en las redes sociales que esta proliferación se produce porque hay personas que dan de comer a estas aves, una práctica que está totalmente prohibida «y que se incumple de manera retierada».

La concejal del PP Luisa Castells defendió ayer la necesidad de actuar «ahora que aún estamos a tiempo para evitar que el problema vaya a más» y describió casos como el «ataque» de palomas a clientes de las terrazas o como éstas llegaban a tirar a un niño al suelo. La propuesta alertaba de los riesgos para la salud de las personas que representan los excrementos de estas aves.

Alós defendió que se han estudiado alternativas como la utilización de pienso esterilizante aunque tras advertir que tiene un precio prohibitivo, señaló que los dispensadores son automáticos y arrojan el pienso al suelo, lo que resulta inviable con su instalación en una zona como la plaza Mayor con gran afluencia de niños. La edil mantuvo que la opción de crear un palomar en una zona elevada para propiciar el desplazamiento de estas aves es la más viable, aunque presenta inconvenientes que se deben valorar.

«La policía multa, pero hay gente que dice que le da igual»

La concejal de Salud y Bienestar Animal aseguró que la Policía Local está sobreaviso del problema y sanciona, aunque admitió que «hay gente que dice que le da igual la multa». Gemma Alós recordó que la ordenanza prohíbe expresamente alimentar a los animales en la calle y, tras señalar que animales son todos, comentó que el ciclo de reproducción de las palomas es muy rápido y que en la medida que se alimentan «es mucho peor».

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