Mañana, jueves, arrancan las fiestas de Moros i Cristians de Alzira después del parón de más de un año a causa de la pandemia. Este año se podrá disfrutar de unas fiestas con un programa muy similar al de años anteriores. En palabras del presidente de la junta directiva, José Gabriel Piera, serán unos festejos «más modestos, con otra forma, pero serán divertidos y la gente quedará contenta».
El pistoletazo de salida lo dará el montaje del campamento festero en la Plaça del Regne. Ya el viernes comenzarán los actos previstos, que se prolongarán hasta el domingo 31, en unas fiestas que mantendrán la mayoría de actos tradicionales, pero que sufrirán variaciones por la pandemia. «No son unas fiestas al 100%, dado que hemos prohibido dos actos que suelen comportan afluencias masivas de gente», avanza Piera.
Y es que en el año de su 20 aniversario se han suprimido los actos de la «Entrà» falsa y la «Ambaixada» de las murallas, por no poder «garantizar que el público disponga de espacio suficiente para mantener las distancias de seguridad», precisa. En compensación, el Mercado Medieval funcionará hasta el 1 de noviembre, aprovechando la festividad de ese día.
A parte de la obligatoriedad de uso de mascarillas, cada una de las comparsas contará con un coordinador Covid, así como otro a nivel global, para evitar comportamientos contrarios a la normativa sanitaria.
Desde la directiva de la fiesta, José Gabriel Piera ha querido lanzar un mensaje de responsabilidad para los asistentes: «Somos de las pocas fiestas que ahora se celebran, todo el mundo es bienvenido, pero por favor que mantengan las distancias de seguridad y eviten puntos de concentraciones masivas» comenta.
Justamente se evitará la colocación de sillas para la visualización de «les filaes» con el fin de que el público pueda mantenerse disperso y disfrute de unas fiestas seguras. Piera, al respecto, manifiesta que «ojalá que una vez pasen, veamos que no han habido repuntes en los contagios».
