El Perelló está de luto. El reverendo Javier Puchol, que ejerció como párroco de la Entidad Local Menor desde principios de los años sesenta hasta bien entrado el nuevo siglo, falleció el pasado domingo, 24 de octubre, dejando un velo de tristeza y a la vez un grato recuerdo entre el vecindario. La figura del religioso ha estado vinculada desde siempre a El Perelló. Su trabajo y su personalidad no han pasado nunca desapercibidos y una buena muestra de ello se produjo el pasado 2 de marzo, cuando el sacerdote hizo entrega al ayuntamiento de una importante colección de casi 2.000 fotografías que retratan y permiten conocer a las actuales generaciones cómo era el municipio a mediados del siglo pasado.
Desde que Javier Puchol llegó mostró un gran interés y preocupación por la gente, y su labor no se limitó nunca al oficio religioso, sino que también se extendió a la cultura y las tradiciones. Su admiración y cariño por El Perelló ha sido recíproco. Cuando dejó de ser rector, seguía acudiendo diariamente al pueblo para pasear y saludar a sus vecinos y, en reconocimiento a toda esa dedicación, la Entidad Local Menor le distinguió con el título de Hijo Predilecto de la localidad.
El actual alcalde del Perelló, Juan Botella, destaca: «Ha sido el cura del pueblo durante 60 años. Varias generaciones hemos tenido la suerte de conocerle y por eso su recuerdo se percibe en casi cualquier lugar del municipio. Un honor que se ganó sobradamente, no sólo por su calidad humana sino, también, por su enorme labor social y eclesiástica».
Un hombre inolvidable
Javier Puchol será siempre parte de la historia del Perelló y, por ello, el ayuntamiento decretó tras su fallecimiento tres días de luto oficial durante los cuales las banderas del consistorio ondearon a media asta. Era muy apreciado.El propio alcalde se ha encargado esta semana de trasladar «el cariño de todo el municipio a su familia y allegados en estos momentos tan difíciles».
«Vivió enamorado del Perelló, donde impulsó la construcción de la nueva iglesia, entre otros hitos. Suyo es el mayor legado de fotografías antiguas que ha recibido este ayuntamiento. Siempre que veía el municipio en los medios de comunicación se emocionaba y nos animaba a seguir haciendo al Perelló visible. Por eso creo que el mejor homenaje que podemos hacerle es seguir trabajando por hacer crecer el municipio y mejorar la calidad de vida de la ciudadanía», comentó el alcalde.
Las 2.000 fotografías donadas recogen su labor pastoral y humana desarrollada a lo largo de más de cincuenta años. La casa consistorial de la Entidad Local Menor fue el escenario de la entrega de este interesante y valioso archivo visual que da cuenta de las décadas que Javier Puchol lleva defendiendo la historia y cultura de El Perelló, del que siempre se declaró enamorado y por el que se preocupó de investigar y realizar una importante labor cultural.
El ayuntamiento se muestra muy agradecido por la donación que, según el primer edil, «tiene un valor histórico, pero, también, sentimental pues estas fotografías son un reflejo de la sociedad y de los cambios experimentados por nuestro pueblo a lo largo de los años». Las imágenes que ha legado permiten no solo identificar la transformación experimentada en el municipio, su crecimiento urbanístico o la singularidad de sus playas y sus bellos enclaves naturales sino también constatar la gran metamorfosis social vivida desde la Guerra Civil hasta la actualidad, una mutación más que extraordinaria en lo económico que se refleja en los usos, costumbres y aspiraciones de los ciudadanos.
Javier Puchol intervino directamente en esa evolución. A él le debe El Perelló la construcción de la nueva iglesia y las de las zonas del Recatí y el Pouet, y también construyó la barraca que hay en el parque que lleva su nombre. Asimismo impulsó la creación de una banda de cornetas y tambores, así como la difusión de una hoja parroquial, en la que informaba de los horarios de las misas, publicaba contenido humorístico, recetas de cocina y noticias locales.
Su admiración y cariño por El Perelló es mutuo. Con su fallecimiento, que entristeció a muchos ciudadanos el pasado domingo, la figura del reverendo se convierte en un icono que pasará a formar parte de la historia, las tradiciiones y cultura de El Perelló. Y sobre todo permanecerá en el recuerdo de todos aquellos que convivieron con él porque su humanidad era muy grande. En el futuro, incluso entre las perelloneras y perelloneros más jóvenes que no le conocieron, su legado también será imborrable a través del inmenso legado fotográfico que ha dejado en herencia a una población a la que tanto quiso. Esas imágenes ya son constancia de toda una época.
ESTAMPAS PARA LA historia. El archivo fotográfico donado por el reverendo Javier Puchol a El Perelló está plagado de imágenes que retratan espacios que han cambiado mucho desde que la cámase fijó en ellos.
1 Calle de San Pascual Bailón. 2 Embarcaciones tradicionales junto a la Gola.
3 Pescadores en la Gola.
4 Esqueleto del moderno templo que impulsó el cura.
5 La primera línea de la playa, con acceso directo al mar.
6 La calle de San Pascual en septiembre de 1962.
7 El Perelló, en pleno desarrollismo turístico. F
