La Mostra de Sainets que organiza anualmente la Junta Local Fallera de Cullera se ha consolidado ya en la agenda cultural de la ciudad. De hecho, es una de las pocas actividades del calendario josefino que se ha mantenido en el calendario pese a la irrupción de la pandemia.
Durante tres días, seis comisiones de la localidad llevaron a la Casa de la Cultura sus obras en una muestra que, además, es benéfica, ya que un porcentaje de la recaudación obtenida por la venta de entradas se destina a colaborar con la Asociación de Necesidades Especiales de Cullera. Abrió la Mostra de Sainets la falla Avinguda del País Valencià con su trabajo «Parlant s’enten la gent» y le siguió Plaça d’Espanya con «Açò és la glòria», de Raquel Giner, fallera de la comisión. En la segunda jornada, la Falla Xúquer expuso su obra «La cabota la té molt gelà» mientras que Canet representó «El fantasma de Sant Telm». Cerraron las jornadas de la muestra Taüt, con «Els oficis de Serapio», y Rei en Jaume I, con «Que el senyor ens pille confessades».
La afluencia de público fue considerable, en una demostración de la capacidad de convocatoria que tienen las fallas de Cullera y las propuestas culturales amenas y divertidas. «Es una de las pocas actividades que la pandemia no ha parado. Hemos podido demostrar que la cultura es segura y esperamos que la muestra se lleve a cabo durante muchos años», comentó el presidente de la Junta Local Fallera, José Luis Renart.
