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Turís, a punto de cumplir 50 años de Bou en Corda

Más de dos mil aficionados participaron en el primer festejo tras un parón de dos años

«Peluquero» con la badana típica de Turís. | JAVIER RAMÓN

Los aficionados a las fiestas taurinas de Turís tienen motivos para celebrar. La reanudación de los festejos tras dos años de parón ha resultado un éxito y ahora se preparan para conmemorar el año que viene el 50º aniversario del primer Bou en Corda y el 10º cumpleaños de la asociación que se encarga de organizar las actividades. La fiesta ya está muy arraigada en el municipio.

Turís recuperó el pasado 24 de octubre el Bou en Corda tras dos años sin que se celebrara ningún festejo taurino en las calles. Llegaron aficionados de Puzol, Monóver, Monserrat, Picassent, Chiva, Albalat dels Sorells o Ontinyent. Y también se pudo observar la presencia de corredores de Teruel, Rubielos de Mora, Alcanar, Guadalajara o Cataluña. Según fuentes de Policía Local de Turís, en cada acto del Bou en Corda de la población recibe entre 2.000 y 2.500 aficionados. Este gran volumen de visitantes benefició al comercio local. Los bares completaron su aforo tanto en los almuerzos como al mediodía.

A las ocho de la mañana se dio suelta al primer astado de la ganadería de Fernando Machancoses, un animal con mucha fuerza, abierto de cornamenta al que se engalanó con la badana de la Senyera. A las nueve apareció el segundo toro, que dio más juego. No lo puso nada fácil en la cuerda. Apuró mucho a los corredores, llegó a soltarse la cuerda y creó una situación muy peligrosa volviéndose sobre sus pasos con la calle llena de gente.

El primer toro vespertino demostró garra y rapidez. Rápidamente se hizo con la punta de la cuerda, llegó a pararse un par de veces, levantando la cabeza y embistiendo fuertemente. Y «Peluquero», un astado conocido y muy esperado, no defraudó. A sus diez años hizo su recorrido marcado casi íntegramente con solo una parada. Impuso el ritmo y todos comprobaron la fuerza que le caracteriza.

Llevaba puesta la badana típica de Turís, seña de identidad que lució con gran porte y trapío. Fue sin duda el mejor astado de los cuatro que corrieron el día 24.

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