Una gran parte de los habitantes de la Ribera vincula el mes de octubre al riesgo de fuertes lluvias por los episodios de infausto recuerdo registrados en la comarca, aunque tampoco este año se ha cumplido esa máxima, con la salvedad de la tromba, por momentos de carácter torrencial, registrada en Cullera el día 22, que dejó imágenes para el recuerdo como la cascada que las escorrentías que bajaban por la montaña formaron en las escaleras de los Jardines del Mercado.
El avance climatológico del mes publicado por la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) revela que, salvo en este rincón litoral de la Ribera hasta confluir con Tavernes -Cullera y Favara, básicamente-, las lluvias fueron más bien escasas en la comarca, con déficits que oscilan entre el 60 % del observatorio de Sumacàrcer, el más acusado, y el 2 % de Sueca, donde los 95,8 l/m2 acumulados se sitúan muy cerca de lo que el promedio del período 1981-2010 considera normal. El otro dato destacado del informe que lleva a los expertos a calificar el mes de octubre como cálido son las temperaturas más altas de lo normal que, en el caso de la Ribera, tienen en Turís la anomalía más acusada con 1,6 º C por encima de lo que marca el promedio climático 1981-2010. Se trata del tercer municipio de la Comunitat Valenciana con la mayor anomalía térmica por detrás de Aras de los Olmos (+ 1,8 º C) y Chelva (+ 1,7 º C).
Por lo que respecta al apartado pluviométrico, el informe de Aemet no ofrece registros de Cullera, donde el observatorio de la red la Asociación Valenciana de Meteorología (Avamet) ubicado en el barrio de San Antonio arroja un acumulado mensual de 192,4 l/m2, de los que168 litros corresponden a un mismo día. En base a este volumen de precipitaciones, el mapa de Aemet señala que el mes fue húmedo en esta franja litoral de la Ribera, mientras que en el resto de la comarca fue normal, aunque de forma generalizada por debajo del promedio histórico.
El balance climático revela que, con la excepción del año 2018, todos los meses de octubre desde 2013 han registrado una precipitación media notablemente inferior a la del promedio normal y la comarca de la Ribera no es una excepción. Valga como ejemplo el caso de Sumacàrcer, donde apenas se han registrado este año 36,8 l/m2 cuando el histórico señala que el acumulado normal de este primer mes completo del otoño se sitúa por encima de los 93 litros, lo que se traduce en una anomalía de - 60 %.
Todos los observatorios de la red de Aemet en la Ribera ofrecen déficits de lluvia, más acusados cuanto más hacia el interior -otros registros destacados son el - 51 % de Montserrat o el - 45 % de Carcaixent-, mientras que en localidades más próximas a la costa, donde descargó de forma generosa la tormenta del día 22, estas anomalías se ajustan mucho más a lo que se considerarían registros normales. El observatorio de Polinyà ofrece en octubre un acumulado de 80,7 l/m2, cuando el promedio histórico señala como lo normal en estas fechas 103, lo que representa un déficit del 22 %, mientras que la anomalía en Sueca es del -2 %.
Anomalías térmicas
En el conjunto de la Comunitat Valenciana, los 38,7 l/m2 de media representan una precipitación acumulada un 45 % inferior a la que se considera normal, si bien existen grandes diferencias ya que, según los datos de Aemet, octubre fue muy seco en Castellón con un déficit medio en la provincia del 80 %, mientras que en València el déficit fue del 33 % y en la provincia de Alicante del 19 %.
Por lo que respecta a las temperaturas, la mayoría de observatorios de la Ribera se sitúan por encima de la anomalía térmica media (+ 0,7 º C) que el análisis de Aemet atribuye al conjunto de la Comunitat Valenciana. Destaca el caso de Turís, si bien el observatorio de Montserrat también ofrece una anomalía de + 1,1 º C, Carcaixent registró un grado más de lo normal en este mes, Sumacàrcer alcanzó una media de 20,3 º C -la temperatura media más alta de la comarca en octubre y similar a la que ofrece el observatorio de Sueca- que se traduce en una anomalía de + 0,9 º C mientras que en Polinyà la temperatura era 0,7 º C superior y en Sueca la anomalía era de tan solo 0,2 º C.
