Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

La pandemia que estremeció a Sueca

La gripe se expandió durante tres meses en 1918, el «año de la cucaracha», y fue suficiente para que las muertes se duplicasen

La pandemia que estremeció a Sueca | J. L. GABARRÓN

La pandemia de la Covid-19 no es la única ni será la última a la que se enfrente la humanidad. La historia está repleta de episodios plagados de enfermedades que diezmaron la población. Hace aproximadamente un siglo, sin ir más lejos, fue la gripe la que puso contra las cuerdas a la sociedad española. Su impacto fue tal que en Sueca, por ejemplo, se conoció el 1918 como «año de la cucaracha». En apenas tres meses de afección, se produjeron miles de contagios y la mortalidad se duplicó. La influenza se cebó especialmente con los niños.

La pandemia que estremeció a Sueca | LÓPEZ-EGEA

Así lo recogen las historiadoras Aida Ferri Riera y Araceli Moreno Coll en su trabajo «El beso de la cucaracha: la pandemia de 1918 en Sueca», incluido en el volumen «Estudis sobre la història, la geografia i el patrimoni cultural de la Ribera del Xúquer» editado por Joan Català i Cebrià con motivo de la XVII Assemblea d’Història de la Ribera. La investigación se centra, por un lado, en el libro de defunciones de 1918 del archivo parroquial de la iglesia de San Pedro y, por otro, en los registros del archivo municipal. Concretamente en el documento Sanidad y Junta de Calamidades de los primeros años del siglo XX, que incluye también un apartado específico dedicado a las «defunciones de la ‘cucaracha’ en 1918». Asimismo, las autoras se apoyan en la prensa de la época, que acuñó el nombre del insecto en alusión a su rápida propagación. «Ataca por igual a grandes y a chicos, a ricos y a pobres, a hombres y a mujeres», escribieron los medios de comunicación en su momento.

La pandemia que estremeció a Sueca | ARCHIVO V. FERRI

Su estudio permite acotar el impacto de la considerada pandemia más letal del siglo XX en la capital de la Ribera Baixa. Se estima que el brote de influenza H1N1, que se desarrolló en tres etapas entre la primavera de 1918 y los primeros meses de 1919, acabó con la vida de 182.865 personas en España. Más del doble de las víctimas registradas hasta la fecha por Covid. «La mayoría de individuos que murieron durante la pandemia de gripe sucumbieron a una neumonía bacteriana secundaria, ya que en 1918 no había antibióticos disponibles. Sin embargo, un grupo murió rápidamente después de la aparición de los síntomas, a menudo con hemorragia pulmonar aguda masiva o edema pulmonar», subrayan Ferri y Moreno.

Ayuda de Juan Talens

Por lo que respecta al caso concreto de Sueca, las autoras fechan la aparición oficial del brote vírico en el 4 de septiembre de 1919. «Duró tres meses y quedó extinta el primer día de diciembre del mismo año», apuntan. También destacan la labor realizada por Juan Talens Valero, «estudiante de sexto curso de medicina que, poniendo en riesgo su vida, asistió diaria e incansablemente a centenares de enfermos». El informe sanitario de la época cifra, de hecho, en 6.562 el número de vecinos que se contagiaron de la gripe sobre una población total de 17.713 personas. La pandemia, en palabras de las autoras, «llegó a estremecer a la población». «Se presentó en una única etapa a diferencia de otros territorios. Fue relativamente breve pero virulenta, alcanzando su máximo apogeo en octubre de 1918 con consecuencias especialmente trágicas para la población infantil y juvenil», destacan.

El análisis de los datos sobre defunciones entre 1910 y 1925 es una de las claves para comprender el alcance de la pandemia. «Se observa un flujo constante alrededor de 300 muertes anuales, alterada de manera significativa en 1918 ascendiendo hasta alcanzar un total de 600 individuos», detallan las autoras. Pese a que el brote estuvo activo un corto periodo de tiempo, tan solo tres meses, fue suficiente para duplicar la mortalidad de la ciudad. «Alcanzó su punto álgido en octubre con un 20% de la mortandad anual y rompiendo abruptamente el trazado poco oscilante que presentaban las defunciones de ese año. De este modo se puede concluir que este perfil sugiere que fue un brote breve pero bastante virulento», comentan al respecto.

Sin rastro de los restos

De ese modo, en septiembre de 1918 fallecieron en Sueca 132 personas, de las cuales 78 (59%) lo hicieron como consecuencia de la pandemia de gripe. En octubre se produjeron 194 defunciones, de las que 127 (65%) se produjeron por dicha enfermedad. Sobre este mes, las autoras destacan: «El mayor número de muertes se registró entre el sector de la población incluido entre 0 y 40 años. Es sintomática la defunción infantil, sobre todo entre 0 y 5 años, ya que alcanza un total de 30 fallecidos. Los mayores de 45 años no muestran una mortandad significativa, siendo ésta baja o incluso inexistente». Por último, en noviembre se registraron 41 defunciones, solo 13 (31%) de las cuales se debieron a la influenza.

Las autoras sostienen, asimismo, que las investigaciones dejan abierta una incógnita: ¿Dónde y cómo enterraron los cuerpos en los días de mayor mortalidad? «Después de visitar el cementerio municipal de Sueca, comprobamos que existen pocas lápidas referentes al periodo tratado, siendo posible que fueran sepultados en fosas comunes. Desafortunadamente no podemos constatar este dato. Tenemos constancia de que el registro de fallecidos de este campo santo de finales del siglo XIX se ha perdido por lo que damos este último planteamiento como hipótesis a la espera de futuros estudios», concluyen.

Compartir el artículo

stats