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El volcán que nunca fue

Se trata de un importante yacimiento arqueológico del paleolítico

Una especialista estudia los sedimentos de la cavidad. levante-emv

La actividad volcánica del Cumbre Vieja que tanto perturba a los isleños de La Palma, ha multiplicado la preocupación social por los cráteres y las erupciones. En este contexto histórico, no son pocos los vecinos de Cullera que temen la existencia del yacimiento arqueológico ubicado en las estribaciones montañosas del Faro y conocido como «La Cova del Volcà». Pero no hay motivos para alimentar ningún desasosiego ciudadano. Ni es un volcán ni nunca lo fue.

En la actualidad solo son tres los volcanes reconocidos en la Comunitat Valenciana: el que dio origen a las Islas Columbretes y los ubicados en Picassent y en Cofrentes. Posiblemente, la cueva de Cullera sigue siendo una de las grandes desconocidas para los habitantes no solo de Cullera sino también de la comarca. Pero la ignoracia sobre su existencia es proporcional a la relevancia de esa caverna.

El yacimiento de la Cueva del Volcán del Faro es un referente arqueológico en la Ribera Baixa. Se trata de uno de los yacimientos más importantes para conocer la presencia humana en el paleolítico valenciano. Se encuentra a una altura de 122 metros sobre el nivel del mar en la parte este de la montaña de Cullera, a a penas un kilómetro de distancia del Faro. Junto a los restos del Portum Sucronem, cuya importante actividad comercial durante la época romana ha legado abundantes restos de ánforas, anclas, lingotes de plomo y tablones de madera, la cueva se ha convertido en uno de los referentes de la historia de la localidad de la Ribera Baixa.

Al igual que otros yacimientos existentes en el Faro de Cullera, el azar, o las coincidencias, llevaron a investigar esa cavidad. Las obras de construcción de urbanizaciones en la zona, espoleadas por el boom turístico de los años sesenta, pusieron en alerta al servicio de prehistoria de la Diputación de Valencia, que envió especialistas a la Cova del Volcà para estudiarla y evitar su desaparición. En 1968 se promovió una primera excavación y la segunda llegó durante el verano de 1969.

En la primera excavación ya se encontraron restos cerámicos y puntas de flecha correspondientes a la Edad del Bronce. Los arqueólogos analizaron diversas capas hasta alcanzar los 11 metros de profundidad. La exploración de 1969 llegó más lejos: hasta los 30 metros de profundidad y se hallaron los restos más importantes correspondientes al paleolítico superior, en concreto, al periodo conocido como Magdaleniense. Se localizan buriles, puntas de flecha, punzones, varillas y elementos de piedra trabajados así como un bastón de mando en hueso. 

Si hay una pieza a destacar entre todas los restos encontrados en la cueva cabe apuntar la que se encontró en la capa XIX: ese bastón perforado en un hueso. Su longitud es de 24 centímetros, tiene numerosas líneas paralelas incisas y algunas pareadas. Esta pieza ha sido catalogada por los expertos como uno de los hallazgos más importantes de cuántos hay en la Comunitat Valenciana.

Desde su descubrimiento hasta la actualidad el bastón de mando ha sido expuesto en el Museo de Prehistoria de Valencia, aunque también puede verse una copia del mismo en el Museo de Arqueología que el Ayuntamiento de Cullera mantiene abierto en las dependencias del castillo que domina la ciudad turística.

Tal y como resaltan Alfredo His, Domingo Fletcher y José Aparicio, tres de los más destacados estudiosos de la ‘cova’, el bastón de mando «es un elemento único del paleolítico valenciano y resalta la importancia del lugar, más si cabe por la proximidad a otro yacimiento de relieve como es la Cova del Parpalló de Gandia». El yacimiento resulta importante por la variedad de restos de fauna localizados: oveja, ciervo, jabalí, cabra, caballo o conejo. También, hay presencia de conchas y moluscos aunque según los dos estudiosos, la línea de costa se encontraba más alejada de la existente en la actualidad.

En el Museo de Ciencias Naturales de Valencia podemos encontrar a su entrada una gran masa rocosa de restos de mamíferos del yacimiento del volcán de Cullera y una placa que indica su origen.

La gruta se encuentra en la cima de lo que se conoce actualmente como la urbanización Faro del mediterráneo. Ascendiendo por la carretera que sube a dicha urbanización, accedemos hasta su cúspide, donde se encuentra el yacimiento en un terreno vallado.

Entre rocas y matorrales se puede acceder al entorno donde hay presencia de simas y cuevas en ese entorno. La montaña de Cullera tiene huecos y cuevas producto de la acción kárstica, por tanto no es extraño encontrar esas oquedades descritas en los trabajos de excavación arqueológica. Queda mucho por investigar, y por descubrir, pero en ningún caso se trata de la boca de ningún volcán.

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