Desde hace meses, el Ayuntamiento de Almussafes cuenta con la visita diaria de un miembro ajeno a sus instalaciones: Un gato propiedad de una conocida familia del pueblo, de nombre Ramón, quien entra sigilosamente por la puerta principal y tan pronto toma el sol en algún rincón como se pone a dormir en una de las fotocopiadoras. «Es un fuera de serie, ha cogido mucha fama en el pueblo. La gente lo estima mucho, es muy cariñoso», afirma Jaime Wic, regidor de Bienestar animal. Además, ya es todo un «influencer» en la red: «La gente sube muchas imágenes de él en las redes sociales del pueblo», apunta.

Para Wic, Ramón es el mejor ejemplo de concienciación a la ciudadanía sobre el cambio de ordenanza que estudia su concejalía: «La idea es dejar entrar animales con sus dueños en algunas dependencias municipales».