La plaza Mayor de Alzira vio alterada su paz sobre las 13:15 horas de ayer. Un grupo de transeúntes descubrió a un hombre, de unos treinta años de edad, sustrayendo sigilosamente el teléfono móvil a un repartidor que se encontraba trabajando en la calle Curtidors, justo en la parte colindante con la plaza. Varias personas lograron retenerlo, pero en un despiste, el presunto ladrón logró huir sin conseguir su propósito. La Policía Nacional de Alzira logró detenerlo finalmente en las inmediaciones del lugar donde se registró el incidente.
Los gritos de los transeúntes alarmaron al transportista de lo que estaba sucediendo y entre éste y varios peatones inmovilizaron al presunto delincuente. Pese a los intentos por retenerlo, éste pudo zafarse y salir corriendo en un momento de despiste: «Nos pusimos a discutir entre nosotros sobre si era lícito o no retenerlo y usar la violencia para ello. En ese momento el ladrón aprovechó para salir corriendo a toda velocidad, imposibilitando que lo atrapáramos nuevamente», afirma uno de los peatones que ayudó al repartidor. El carterista huyó entre las terrazas de los bares de la plaza mayor en dirección a la Casa de la Cultura.
Las voces de los presentes y varios peatones que corrían al lugar del suceso, pusieron en alerta a vecinos y trabajadores de los comercios que presenciaron lo ocurrido. «Era un chico alto, moreno y vestía una cazadora negra», cuentan desde uno de los comercios. «Ocurrió en la puerta de la perfumería y fue todo muy rápido, apenas en cinco minutos», relata otro testigo. «Llevaba encima varias carteras, móviles y algunos objetos personales» señala uno de los peatones que trató de atraparlo en su huida. «Salió corriendo pero antes le obligaron a devolverle el móvil al transportista», relata otro testigo.
Una patrulla del cuerpo nacional de Policía que se personó en el lugar, en base a descripción facilitada por los testigos, realizó una batida por las inmediaciones de la plaza, logrando localizar y arrestar al presunto ladrón.
