La Carència en Turís es una auténtica joya patrimonial. Un yacimiento parcialmente excavado desde inicios de la década de los años 70 hasta los últimos trabajos realizados en 2014. En la actualidad, quedan partes por investigar por encontrarse en terrenos privados. Ahora, la zona cuenta «con cartelería informativa y un recorrido desde el pueblo hasta el yacimiento, como compromiso del ayuntamiento con la difusión de su patrimonio», indica su alcalde, Eugenio Fortaña.

Durante dos décadas, las investigaciones que se han realizado han sido dirigidas por la arqueóloga y responsable del Museo de Prehistoria de Valencia, Rosa Albiach. Antes, el primer proyecto de intervención se desarrolló a principios de los años setenta, dirigido entonces por Milagros Gil-Mascarell. En 1972 los trabajos acometidos por la investigadora en parte del yacimiento, dataron la zona, ocupada desde el final de la Edad del Bronce y posteriormente en la época Ibérica, Romana Republicana y Roma Imperial.

Bien de Interés Cultural

En 2001, con la llegada de Rosa Albiach al mando de las excavaciones, la pretensión fue consolidar el yacimiento. En 2006, Albiach inició los trámites para convertir a la Carència en Bien de Interés Cultural, lográndolo en 2010: «Fue algo que inicié yo y estoy muy orgullosa de haberlo conseguido», evocó ayer. También es autora del itinerario y la cartelería que actualmente guían a los visitantes del lugar: «El recorrido, los letreros y los contenidos los creé yo gracias a la participación de la Generalitat, que dió una subvención, y del ayuntamiento, que dió otra parte», subraya.

Ubicada en la cordillera del Portell, cerca de Turís, su proximidad con el río Magro, afluente del Xúquer, La Carència aprovechó su ubicación estratégica, que le dotó de un carácter de núcleo distribuidor de mercancías . Ello se desprende de la cantidad de materiales encontrados en la zona, un conjunto «deslucido» de fragmentos como plomos escritos y restos de piezas romanas y fenicias «lo que indica que tuvieron contactos con muchos territorios de toda la península, con lo que no es un yacimiento cualquiera», explica Albiach. Dichas piezas se encuentran repartidas entre la Casa de la Cultura de Turís y el Museo Valenciano de la Ilustración y Modernidad, MUVIM, dirigido por la propia Albiach.

Las perspectivas que en 2014 tenía el equipo dirigido por la arqueóloga se concretaron en situar más villas romanas: «Localizamos dos nuevas murallas con un perímetro de casi siete hectáreas. Es la parte interna que no pudimos tocar por estar en terrenos privados. A nivel institucional se decidió que nuestro proyecto concluyese ahí. La Diputación decidió que teníamos suficiente información del lugar y que fuéramos a otros, como el del Garroferal de la Blanca, donde en los terrenos privados sí nos dieron permiso sus dueños y las conclusiones de nuestros trabajos están recogidas en un libro que se publicó recientemente», añade.

Rosa Albiach y su equipo, mayoritariamente compuesto por estudiantes, realizaron excavaciones en la propiedad pública de la Carència hasta 2014. Actualmente, el lugar está conservado por el ayuntamiento, pero la parte del pueblo iberorromano que yace bajo suelo privado, sigue degradándose con el paso de los años: «A mí, si hiciéramos un proyecto y hubiese una institución detrás que lo respaldara, y legalmente fuera posible, me encantaría que volviéramos a la Carència, pero no creo que lo llegue a ver», se lamenta.

Veinte años de intervenciones

Este es un ejemplo de inversión pública en un proyecto de búsqueda de información para conocer la historia: «El esfuerzo de los trabajos ha demostrado que el yacimiento es el asentamiento íbero de mayor entidad de la provincia. Solo con descubrir el comercio que había, ya hemos contribuido a saber más de nuestro pasado. 20 años es mucho tiempo y en el futuro habrá otra gente que añadirá más información a lo que yo conseguí con mi equipo. Así hacemos historia», concluye.