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El picudo aún es una amenaza: Alzira tala veinte palmeras en los últimos 7 años

Periódicamente se inspeccionan en búsqueda de nuevas infecciones

Un operario trabajando en una de las palmeras. | LEVANTE-EMV

Quince años después de que por primera vez llegara la plaga del picudo rojo proveniente de Egipto, las autoridades siguen vigilando a este insecto que genera graves daños a las palmeras al depositar sus larvas, que perforan galerías en su interior, por lo que provocan la muerte del árbol. Por ello, el Ayuntamiento de Alzira ha puesto en marcha, un año más, los trabajos de prevención y detección del picudo en las palmeras de la ciudad.

El ataque más fuerte que sufrieron las de Alzira ocurrió unos doce años atrás y provocó la desaparición de las palmeras de la CV-50 y la calle Trinidad Redal. Pero no fueron las únicas. También por la avenida Luis Suñer hubo pérdidas y en los últimos siete años, una veintena de ellas se han borrado del mapa local. Las dos últimas, recientemente: «Hace ocho meses se tuvo que talar una frente a la oficina de turismo de la plaza del Reino y otra, también hace poco, en la zona de la Sèquia Real del Xúquer, entre el ambulatorio y la Cruz Roja», comenta Fernando Pascual, regidor de Servicios Urbanos, a Levante-EMV.

En los últimos 6 años los encargados del cuidado de los jardines usan productos autorizados por el ministerio para reducir el picudo y evitar que dañe más palmeras. La empresa adjudicataria del mantenimiento de las zonas verdes de Alzira está en esos momentos realizando tareas en las balonas -ensanchamiento de la parte superior de la palmera con forma redondeada- para detectar la posible presencia de este insecto y realizar el tratamiento que corresponda: «Estos días el podador,con la grúa, reduce la balona de las palmeras para detectar la presencia de picudo. Si está sana, le aplica un tratamiento preventivo, que consiste en pulverizar un insecticida autorizado a las yemas de las balonas recortadas», explica Pascual.

«En el caso de que la palmera estuviese infectada, hablamos de ‘cirugía vegetativa’, que consiste en cortar la parte en donde se hubiera encontrado al insecto, si es esta pequeña, y posteriormente se le realiza ‘endoterapia’, es decir, se perfora el tronco de la palmera y se inyecta un producto que actúa en el cuerpo de la planta y mata a las larvas que deambulan en su interior», aclara el edil.

Los tratamientos que realiza la empresa de mantenimiento de jardines de Alzira dan «resultados positivos», pues han permitido controlar «la zona del El Racó y palmeras del casco urbano, aunque cuestan más las ubicadas en zonas despejadas de edificios por ser más sensibles a la infección», detalla Pascual. «El picudo está ahí, se puede contolar pero no desaparece fácilmente», concluye.

Las más sensibles al insecto son las de zonas despejadas

Aquellas que no están rodeadas de edificios son las que más fácilmente se ‘infectan’ del picudo rojo.

En Alzira, las palmeras que más han sufrido esta plaga son las que están más expuestas: «en todos los años en los que estamos luchando contra esta plaga, aquellas que no tienen casas cerca son las que más han sufrido los daños de este insecto. El problema de las palmeras de zona urbana es que aunque las cuidemos, se ‘contagian’ de las existentes en zonas privadas rurales, a cuyos dueños no podemos obligar a que realicen los tratamientos adecuados a sus palmeras infectadas, por lo que el picudo rojo se traslada volando de unas a otras», comenta el regidor.

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