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La borrasca agrava la falta de aparcamiento en el Hospital de la Ribera

Los profesionales sufren a primera hora del día el colapso del parking pese a tener el acceso restringido y los usuarios la falta de plazas en el exterior

Aparcamiento del hospital saturado por las lluvias.

Los días de lluvia agravan los problemas crónicos derivados de la escasez de plazas de aparcamiento tanto en el entorno del Hospital Universitario de la Ribera como en el propio parking del centro sanitario donde, especialmente a primera hora de la mañana, reina el caos para desesperación de los profesionales que pronto se encuentran con la instalación al completo.

Decenas de vehículos colapsan las calles del aparcamiento a partir de las 8 de la mañana al acecho de cualquier plaza libre que pueda dejar un compañero del turno de noche en una especie de acoso que no deja margen a la relajación a aquellos que van en busca de sus coches. La pugna por esas plazas provoca situaciones de tensión en un momento en que todo el mundo va con prisas para no llegar tarde a la consulta. Los vehículos parados a la expectativa de la dirección que toma cualquier peatón generan colas que bloquean la circulación y, especialmente en la última planta, se forman filas de coches estacionados en zonas no habilitadas para este fin que incluso imposibilitan la salida de otros vehículos. Cuando el tiempo pasa y un conductor se desespera sin conseguir estacionar acaba por salir del parking para tratar de aparcar en el polígono de Tisneres.

Este es el día a día en el interior del parking, al que entre las 7 y las 15 horas sólo tienen acceso los trabajadores con las tarjetas expedidas por el hospital, si bien nadie controla que haya vehículos ocupando muchas de las plazas desde el día anterior -los familiares de pacientes ingresados pueden aparcar por la tarde libremente- o desde la madrugada, antes de que baje la barrera, por lo que hay trabajadores que aseguran que prefieren pagar por aparcar para que exista un control que evite estos problemas.

En el exterior son los usuarios los que sufren la escasez de plazas y se repiten las mismas situaciones. Vehículos parados en doble fila a la espera de que otro se marche, otros que fluctúan con la misma intención y se quedan atascados mientras que hay quien directamente busca aparcamiento en el polígono ubicado frente al hospital.

Los problemas para aparcar están provocando, según asegura un médico a Levante-EMV, que cada vez más pacientes soliciten la visita telefónica descubierta con la pandemia «porque no quieren venir al hospital por no aparcar». También se dan casos de pacientes mayores que suben a la consulta y piden esperar a que llegue su acompañante que ha ido a aparcar, una espera que se prolonga hasta el punto que, en ocasiones, acaban entrando solos cuando se trata de personas mayores que necesitan ir acompañadas para garantizar que entienden bien las indicaciones del médico.

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