La celebración de las Fallas ha disparado el volumen de contagios de Covid en las principales poblaciones de la Ribera, que duplican o incluso triplican el volumen de infecciones en la última semana de la que existen datos, entre el 20 y el 27 de marzo, momento en el que las autoridades sanitarias dejaron de realizar pruebas PCR masivas si bien es cierto que su contenido no se ha publicado hasta esta semana.
Como era de esperar, por otra parte, la mayor socialización durante los días falleros se ha traducido en una circulación más rápida del virus. La protección de la vacuna se antoja suficiente para que no se traduzca en un desmesurado número de ingresos, magnitud que dictará de ahora en adelante la evolución de la pandemia y los posibles cambios en la normativa sanitaria actual. De hecho, de momento, no ha sido así.
Hasta donde se ha podido contabilizar, en apenas una semana prácticamente se ha triplicado el volumen de localidades como Alberic o Cullera. La primera ha alcanzado una incidencia acumulada de 713 casos por cada cien mil habitantes mientras que la segunda, 750. Se ha duplicado en localidades como Alzira (554), Sueca (805), Carcaixent (523) o Algemesí (484).
Hasta diecisiete municipios de la comarca han sobrepasado en los últimos días que recoge el portal estadístico la barrera de los 500 casos por cada cien mil habitantes. A los ya mencionados habría que añadir: Albalat (752), Alginet (651), Almussafes (824), Benifaió (684), Corbera (518), la Pobla Llarga (1.101), l’Énova (554), Manuel (1.232), Montserrat (550), Rafelguaraf (1.189), Sollana (1.106) y Turís (1.071).
Cambio de baremo
En el lado opuesto de la estadística, tan solo cuatro pueblos mantienen sus registros inmaculados en los últimos días. No se han detectado casos de Covid en: Beneixida, Cotes, Fortaleny y Sellent. En el resto, se ha detectado al menos uno, como ocurre en Antella, Benicull o Benimuslem.
De ahora en adelante, sin embargo, el baremo para evaluar la evolución de la enfermedad es otro. El semáforo que marca el nivel de alertas en pandemia ha vuelto a cambiar dejando bien a las claras que lo que ahora marcará el riesgo real de la covid-19 no será la intensidad de circulación del virus sino cómo de ocupados estén los hospitales de casos graves. De hecho, el umbral del riesgo bajo se alarga hasta los 500 casos por 100.000 habitantes en mayores de 60 años (el grupo de edad al que sí se le seguirá haciendo pruebas) y el riesgo muy alto, a partir de 2.500 casos.
Fin de los aislamiento en pleno repunte
Desde esta semana, solo se aislará y realizará pruebas diagnósticas de covid a las personas mayores de 60 años, a las inmunodeprimidas y a las que trabajen o visiten con frecuencia centros sociosanitarios. El cambio de concepción de la enfermedad para empezar a tratarla como un gripe llega en un momento en el los contagios volvían a crecer. Poco antes de las Fallas, la media diara en la comarca bajaba de los setenta casos. En el último recuento crecía ya hasta los 124. Sin embargo, no hay que olvidar que la variante ómicron y la vacunación han propiciado la inmunización de la mayor parte de la población, lo que ha permitido reducir la sintomatología más grave y, en consecuencia, los fallecimientos.
