La Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) ha descartado que la afloración de agua en el barranco de Murteral que desde hace más de una semana tiñe de un tono rojizo las aguas del río en el término de Sumacàrcer proceda de una filtración de la presa de Tous, una hipótesis que había apuntado la organización ecologista Xúquer Viu.
Fuentes del organismo de cuenca, que ya habían atribuido esta coloración a las formaciones geológicas con alto contenido en hierro, detallaron ayer que la CHJ viene realizando desde 1996 numerosos estudios en colaboración con el Centro de Estudios y Experimentación de Obras Pública (CEDEX) en el embalse, en los que se han tomado muestras y se han analizado las aguas de los manantiales y sondeos localizados en su entorno. El último análisis realizado en diciembre de 2020 bajo el epígrafe «Control de las filtraciones en la margen derecha del embalse de Tous», detallan las mismas fuentes, concluye que las características isotópicas del agua del barranco de Murteral son diferentes a las del embalse y, en concreto, sus trazas corresponden a las del agua de lluvia. En base a las determinaciones de este estudio, los técnicos de la Confederación no dudan en descartar que el origen del caudal extraordinario que aflora en el último tramo del barranco del Murteral tenga su origen en una filtración de la presa.
Un portavoz de la Confederación aseguró ayer en declaraciones a Levante-EMV que la coloración que presenta el río en este tramo no tiene «ningún efecto perjudicial» en el Xúquer ya que se trata de un proceso natural «que no tiene relevancia». Algunos vecinos de la zona señalan que hay otros puntos en los que aflora agua con el mismo tono rojo, además del barranco.
«Se trata de situaciones normales que suelen aparecer asociadas a determinados episodios de precipitaciones y que son irregulares, no siempre se detectan en el mismo sitio, debido a las condiciones del terreno cárstico que puede tener arcillas o minerales que provocan esas coloraciones», detallaron las misma fuentes, que añadieron que cuando se moviliza un acuífero cárstico en un episodio de fuertes lluvias como el registrado hace apenas una semana se arrastran las arcillas que pueda haber en las oquedades y otros aportes minerales «hasta que se agotan y dejan de salir».
La CHJ ya dejó claro tras una primera inspección que la coloración no se derivaba de ningún vertido de aguas residuales sino que procedía de las formaciones geológicas de alto contenido en hierro que ya habían provocado situaciones similares en otros manantiales, aunque aguas abajo del azud de Escalona.
