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El hospital afronta la nueva fase de la pandemia con apenas 9 ingresos

Es el segundo con menos pacientes

Entrada del área de Urgencias del Hospital de la Ribera, en una imagen de archivo. | PERALES IBORRA

El Hospital de la Ribera aguanta mejor que la mayoría el empuje de la Covid en un momento en el que las restricciones para frenar la pandemia se han reducido a la mínima expresión. Un mes después de la celebración de las Fallas y ya con el uso de la mascarilla casi en un segundo plano, el centro asistencial comarcal registra menos de una decena de enfermos graves, según los datos aportados por el Sindicato de Enfermería Satse.

En concreto, el hospital de Alzira alberga 8 pacientes de Covid ingresados en planta mientras que en la Unidad de Cuidados Intensivos tan solo se atendía a una persona. En base a la misma fuente, tan solo un centro tiene unas cifras menores: el Hospital del Vinalopó, presta asistencia a seis enfermos en planta y a uno en la UCI a pesar de que da cobertura a un volumen de población inferior (unas cien mil tarjetas sanitarias menos).

Esto supone estar muy por debajo de los hospitales con mayor número de ingresos. El General de Castellón roza los ochenta, la Fe sobrepasa los cuarenta, al igual que el General de València, mientras que los de Villajoyosa y Elche superan los veinticinco pacientes. La situación de los otros dos centros que atienden a enfermos de la comarca también es, por tanto, peor. En el caso del de Manises, son once los ingresados. El área de salud de Xàtiva y Ontinyent alcanza los 22 pacientes.

Desde finales de marzo, las autoridades sanitarias dejaron de realizar pruebas PCR de forma masiva. De igual modo, se decretó el fin de los aislamientos a las personas que contraían la enfermedad. Todo ello, a pesar de que los últimos datos por municipios que publicó la Conselleria de Sanitat reflejaban un claro incremento de contagios tras la celebración de las Fallas. Sin embargo, con un amplio porcentaje de población vacunada con hasta tres dosis y gracias a la inmunidad generada por la propagación de la variante ómicron, que se extendió a gran velocidad, se consideró que era el momento adecuado para modificar los mecanismos de vigilancia de la pandemia. Desde entonces, los factores escogidos para determinar el impacto de la Covid en la sociedad son: la incidencia en personas mayores de sesenta años, y por tanto más vulnerables, y la presión asistencial en los hospitales.

Un nuevo reto

Sobre el primero, no han trascendido datos a nivel municipal, ya que las actualizaciones diarias que ofrece la conselleria se centran únicamente en el conjunto de la Comunitat. En el caso del segundo, esta semana se han conocido las cifras que ha detallado el mencionado sindicato.

El volumen de ingresos ha crecido en las últimas semanas, según reflejan las cifras autonómicas. De 458 en la primera semana de abril a los 667 que contabiliza el Satse. Aunque lo más probable es que sea un número mayor ya que no ha podido reunir información sobre los enfermos del Hospital Clínico, del Doctor Peset ni del de Requena.

Esta circunstancia, sin embargo, no ha impedido que el regreso a la normalidad se sobreponga a la Covid en un intento por tratar la enfermedad como una gripe. De hecho, esta semana desaparecía la obligatoriedad de uso de la mascarilla en la gran mayoría de espacios interiores. El gran símbolo de la pandemia se esfuma.

El reto, ahora, es convivir con un virus que continuará enfermando, e incluso matando, a la población, aunque todo hace indicar que lo primero se producirá con una gravedad menor y lo segundo, en proporciones cada vez más reducidas. De mantenerse la situación como hasta ahora, con un nivel de ingresos que no colapsa el sistema sanitario, el invierno será la gran prueba de fuego.

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