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Antella suple la falta de biblioteca con el intercambio de libros en todos los bares

El proyecto municipal «Llibres lliures» fomenta la lectura con la instalación de estanterías en los seis negocios locales de hostelería

Un cliente de un bar ojea una novela junto a la estantería que alberga los libros. | LEVANTE-EMV

La falta de recursos impide al Ayuntamiento de Antella plantearse la creación de una biblioteca municipal e incluso de una agencia de lectura, ya que además de aportar un local con las condiciones que exige la normativa debería dotarla de personal, aunque la concejalía de Cultura ha encontrado en el proyecto «Llibres lliures» una forma de fomentar la lectura entre los vecinos que ha encontrado en los seis bares de la localidad sus grandes aliados.

La propuesta consiste, según explica el concejal de Cultura, Juan Antonio Tovar, en crear una red de pequeñas bibliotecas gratuitas como puntos de intercambio de libros desde la premisa básica «toma un libro, deja otro» que, según detalla, se han ubicado en los bares y que en los primeros meses de funcionamiento han tenido una gran aceptación.

Alternativas de uso

El funcionamiento de este servicio ofrece varias alternativas. El lector puede coger un libro que le interese, leerlo y devolverlo a la estantería, como en cualquier otra biblioteca pública, pero también puede llevarse un libro y reemplazarlo por otro o ampliar los fondos de este punto de lectura con una donación.

«Los libros no tienen propietarios», destaca Tovar, que considera que los primeros meses el balance de la experiencia está resultando «muy positivo», tanto por la aceptación de los propietarios de los bares que ofrecieron una respuesta «unánime» a la propuesta del ayuntamiento de instalar estas estanterísa, como de los vecinos que, según el edil, «incluso me ofrecen libros por la calle». «Estamos en un pueblo de mil habitantes y no es que haya un ritmo loco, pero sí hay un goteo continuo de usuarios», relata el concejal de Cultura y Turismo, mientras señala que lo más habitual es el lector que se lleva un libro a casa y lo devuelve cuando acaba de leerlo.

El proyecto de «Llibres lliures» pretende acercar los libros y la lectura a los puntos de encuentro y potenciar valores como la cooperación, el consumo colaborativo y responsable entre los ciudadanos de Antella, «impulsando la cultura de la reutilización». Las aportaciones inciales con las que se constituyeron estas seis pequeñas áreas de lectura procedían de la biblioteca de Alberic, donaciones de las editoriales Bromera y Reclam y de la librería de Castelló de la Plana Herrero, especializada en volúmenes usados.

En casellano y en valenciano

Tovar detalla que cada biblioteca cuenta con libros tanto para adultos como para niños. En el primer caso se trata mayoritariamente de narrativa en castellano mientras que la mayor parte de obras dirigida al público infantil son en valenciano. «Vienen familias de fuera y los niños siempre acaban de comer en seguida y el bar les ofrece el servicio de libros», comentó el edil.

El concejal de Cultura señala que se ha dirigido tanto a la conselleria como a la Mancomunitat de la Ribera Alta con el objetivo de que se articule un servicio de biblioteca para los pueblos pequeños y con riesgo de despoblación y recuerda que, en el caso de Antella, además del proyecto «Llibres lliures» también está activo un club de lectura que de forma cíclica ponen en común las impresiones sobre una obra, ya sea libro, serie o película, que hayan podido disfrutar previamente sus integrantes.

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