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Alzira debe duplicar sus árboles para cumplir los parámetros de la OMS

La ciudad debería tener 15.000 y no llegan a 6.000

La mayor densidad de arbolado del casco urbano de Alzira se concentra en el Parc de l’Alquenència, la zona verde más extensa. | PERALES IBORRA

La mayoría de las ciudades de la comarca han vivido rodeadas de cultivos. Los naranjales formaban un tupido bosque alrededor del casco urbano, pero en el interior la mayoría de calles y plazas permanecían desnudas, sin apenas acompañamiento vegetal. Este déficit ha tratado de corregirse en las últimas décadas, pero el cemento siempre le ha ganado la batalla a las zonas verdes. La falta de arbolado es preocupante. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en el casco urbano debería haber un árbol por cada tres habitantes. Si extrapolamos esa ecuación a Alzira, la ciudad necesitaría al menos otros 15.000 árboles. Actualmente se contabilizan 6.000, una cifra que no llega ni a la mitad del mínimo recomendado.

Con esa carencia en el horizonte, los ecologistas alzireños deploran que se estén reformando las aceras que circundan el parque de l’Alquenència, la mayor zona verde de la ciudad. Las obras han provocado algunas quejas en lo que se refiere al desplazamiento de los árboles que se ubican a lo largo de la vía, así como la disminución de tierra necesaria para su crecimiento.

A la situación anterior se suma una gestión de los árboles que se ubican en las vías públicas que los ecologistas también encuentran deficiente «ya que cada vez disminuye más su cifra y superficie». Esta realidad, según Ecologistes en Acció, se puede observar en el propio parque de LAlquenència, donde se contaba con una superficie de  2’56 m² por árbol y con la última modificación, se reducirá hasta 1’44 m². «Es algo que perjudicará en un futuro a los plátanos de sombra, que crecen varios metros y necesitan una extensión de tierra mínima para poder desarrollarse», alertan.

El objetivo de estas obras es arreglar los desperfectos que se encuentran en la acera, así como aumentar su tamaño 40 centímetros. Los ecologistas no aprueban esta reforma, ya que creen innecesaria la pequeña ampliación de la vía peatonal frente a la gran disminución del terreno necesario para el crecimiento de las plantas. «De hecho, lo ideal para el buen estado de los árboles, sería ampliar la superficie de cada plátano de sombra, como se puede observar en el Paseo de Carcaixent», destacan.

«La tendencia de quitar árboles para añadir plazas de aparcamiento o vegetación que no puede desarrollarse en un entorno concreto no es una solución para el problema al que se enfrenta Alzira. La calle Benito Pérez Galdós muestra un buen ejemplo de amalgama entre naturaleza y urbanismo, al unir estas dos características, respetando el espacio que le corresponde a cada uno», señalan. Alzira necesita añadir vegetación a su casco urbano con especies que se adecuen a las necesidades de cada vía para alcanzar la cifra mínima de árboles recomendada por la OMS.

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