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La naranja tardía se queda en el árbol ante el desplome de precios

«No hay precedentes del desastre, porque la industria del zumo también está saturada»

El comercio ultima la campaña de la naranja de segunda temporada. En la imagen, un campo de Sumacàrcer, la semana pasada. | FERMÍN GARCÍA

La campaña de naranjas de segunda temporada encara su recta final, aunque una cantidad considerable de parcelas continúa sin recolectar en la Ribera y otras zonas productoras y todo apunta que mucha de esa fruta se quedará en el árbol. Otros agricultores han optado por derivar la cosecha a la industria ante el desplome de los precios y las escasas expectativas de venta en unas variedades que en las últimas campañas habían tenido precios aceptables para el productor.

«No se había conocido nunca una segunda temporada que, salvo en algún tipo de clementina, acabe toda en este desastre, no tiene precedentes», resumió ayer el vicepresidente de la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA), el alzireño Bernardo Ferrer, que estima los precios actuales de la valencia entre 1,50 y 3 €/@, aunque admite que «a tres euros no las venderá casi nadie».

Las elevadas temperaturas de los últimos días, que previsiblemente van a tener continuidad la próxima semana, juegan a la contra de los agricultores ya que favorecen la proliferación de la mosca de la fruta, y estos se encuentran además ante la necesidad de descargar cuanto antes los árboles para no condicionar la cosecha de la próxima campaña. «Estamos en una época en que no hay margen», admite Ferrer, que advierte de que los problemas de esta última campaña se han solapado una variedad tras otras hasta que han acabado «explotando» en la última, la «Valencia Late», que además se ha encontrado «con un mercado saturado y apático».

El dirigente de AVA no duda en señalar que la guerra de Ucrania tiene una incidencia clara en esta coyuntura al considerar que ha provocado un descenso en el consumo de fruta. «Europa es más pobre que el año pasado y eso provoca un menor consumo. Además, los estudios indican que los cítricos han bajado un escalón en las preferencias de consumo en Europa que cifran en un 25 %, que es mucho», incidió Ferrer, que deja claro que esta coyuntura afecta tanto a la Ribera como a otras zonas productoras de España. El conflicto bélico puede de algún modo mejorar las expectativas del arroz o los cereales, pero no de la fruta ni los cítricos.

Ferrer augura que la naranja se va a quedar sin recoger en muchos campos ya que, advierte, «incluso está teniendo problemas para salir a la industria de zumo porque está saturada» y que paga precios todavía más bajos.

La mesa de precios de cítricos señala la cotización de la «Valencia Late» en esta semana de junio entre 1,2 y 2,4 euros por arroba cuando el año pasado era de entre 3,3 y 4,8 € en este mismo período.

Un agricultor de Sumacàrcer, un municipio donde predomina esta variedad tardía, señalaba que si bien en algún momento se pagaron 2,10 euros por arroba, la cotización actual se sitúa en 1,50 euros «y a la baja», unos precios que ni siquiera permiten cubrir gastos. «Tanto hace dos años como el año pasado se pagó muy bien, un precio medio de entre 3 y 5 euros sería algo normal. Antes cuando quedaba poca fruta los precios solían remontar un poco, pero este año no hay demanda y la segunda mitad de la campaña ha ido a peor», incidió, mientras recordaba que el año pasado hubo ventas de hasta seis euros por arroba. «Hay campos que no se cogerán, muchos propietarios ofrecen la naranja a cambio de que se la recolecten, pero con estos precios de miseria se ahoga aún más al agricultor que tiene que soportar la gran subida de los productos fitosanitarios o la luz».

Bernardo Ferrer, por su parte, señala que el hecho más «sangrantes» es que, pese al hundimiento de los precios, «a la puerta del almacén el comercio está vendiendo por encima de la media de los últimos cinco años. Se ha pedido que se investigue porque el mercado no refleja el precio que la naranja tiene en origen», denunció.

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