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La condena a muerte de activistas atemoriza a los amigos de Mariano

No hay noticias fidedignas de su paradero casi 3 meses después de ser apresado por los rusos

Mariano García, en pleno reparto de alimentos. | LEVANTE-EMV

Mariano García Calatayud, el primer español detenido por militares rusos en la ciudad de Jersón mientras participaba en una protesta callejera contra la invasión ordenada por Vladimir Putin lleva casi tres meses en paradero desconocido. No hay noticias fidedignas respecto a su estado de salud y sobre la prisión en la que ingresó. El exfuncionario de Carlet, de 74 años, ejercía labores humanitarias pero su activismo social, y sobre todo algunas fotografías en las que aparecía empuñando algún arma, le han dejado en una situación muy comprometida. De hecho sus amigos temen por su vida tras aparecer informaciones en medios prorusos que narran supuestas condenas a muerte de cuatro extranjeros que lucharon en el bando ucraniano ordenadas por el fiscal general de la autoproclamada República Popular de Donetsk.

La preocupación es máxima entre el círculo de amistades que había acogido con afecto al jubilado carletino en Ucrania. La tarea social que ha desarrollado en aquel territorio desde hace siete años con el reparto de ropa, alimentos y material escolar le había convertido en una persona muy apreciada entre la resistencia. Pero sus aceradas críticas contra el imperialismo soviético, le pasaron factura. Varios testigos aseguran que fue apresado por militares rusos e introducido en un vehículo contra su voluntad cuando se manifestaba contra la ocupación. Ocurrió la tade del 19 de marzo y desde entonces nadie sabe dónde y cómo está.

«Mario», como se le conoce en tierras ucranianas, fue uno de los españoles que rechazó el ofrecimiento de la embajada española de ser evacuado en los convoyes organizados por el Ministerio de Asuntos Exteriores. La Delegación del Gobierno en València impulsó una investigación que no ha logrado aportar mucha luz sobre la situación en la que se encuentra. Jersón está ocupada por las tropas rusas y la vía diplomática «es particularmente compleja en una zona de conflicto», alegan fuentes gubernamentales.

La familia de Mariano está destrozada. Tanto su hermana como su hijo siguen pendientes de cualquier llamada con la esperanza de pueda confirmarse que sigue vivo. En Carlet y Benimodo, donde también ha residido García, todavía confían en que el conflicto pueda resolverse felizmente, pero la ausencia de noticias que puedan resultar verosímiles se convierte, casi tres meses después, en una losa demasiado pesada.

En el foco por la foto en la que empuñaba una ametralladora

La polémica foto en la que Mariano García aparecía empuñando una ametralladora junto a simbología de extrema derecha le puso en el foco. Sus amigos niegan que participara en las milicias y alegan que esa imagen fue «casual», pero medios rusos le señalan por eso: «El verdadero rostro de este ‘voluntario’ se puede ver en la foto. Si a algunos les conmovió su ‘caridad’, esa parafernalia habla claramente de los motivos y la cosmovisión del abuelo español».

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