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La alta rentabilidad de la algarroba dispara los beneficios de una empresa de Turís

Garrofas y Almendras Torres alcanzó en el año de irrupción de la pandemia el Top-20 de las industrias con más ganancias de la comarca al conseguir 5,9 millones tras crecer su facturación un 31,4 %

La fábrica de la familia Torres, con un algarrobo en primer plano. Perales Iborra

La algarroba se ha ganado el sobrenombre de «oro negro» por la elevada rentabilidad económica que ofrece a los agricultores. Es un producto que ha cosechado gran popularidad en los últimos años por este motivo. Tanto es así que la empresa más importante de la Ribera que se dedica a su manipulación, Garrofas y Almendras Torres (Turís), es una de las veinte con mayor margen de beneficios en el año 2020, el que irrumpió la pandemia.

Según se refleja en el portal Infocif, la mercantil turisana incremento su facturación un 31,4 % entre 2019 y 2020, lo que significa haber pasado de 30,8 a 40,5 millones de euros. Este crecimiento fue suficiente para que sus ganancias económicas se duplicaran. Mientras que en 2019 sus cuentas reflejaban unos beneficios antes de impuestos de 2,8 millones de euros, un año después rozó los seis (5,9). Una cantidad que la situó, en 2020, en el puesto número veinte el particular ranking de empresas de la comarca más rentables.

Unos resultados financieros que no podrían entenderse sin la expansión que ha experimentado el algarrobo en los últimos, cuya superficie ha crecido de forma considerable. En diversos rincones de la comarca, especialmente en el norte, crece el número de fincas agrícolas en las que aparecen nuevos plantones con los que abastecer a una industria que sigue en proceso de expansión.

Son muchas sus ventajas. El algarrobo no necesita tratamientos químicos, lo que supone una clara ventaja con respecto a los cultivos mayoritarios como el citrícola o la gran esperanza frustrada en que se ha convertido el caqui. Además de nuevas plantaciones, también se ha observado una clara tendencia a recuperar aquellas que se encontraban abandonadas para darle una segunda oportunidad a unos árboles que no se consideraban valiosos.

Es una buena opción para el campo valenciano. Por un lado, por las condiciones climáticas, que son idóneas. No en balde, se trata de una especie autóctona. El otro punto a su favor, ya mencionado, es que tiene un coste de mantenimiento relativamente bajo. Tampoco requiere de grandes superficies ni estructuras enormes. Es más, se le puede sacar provecho tanto en zonas de regadío como de secano, si bien es cierto en que en la primera se puede obtener una mayor producción.

El valor de mercado de las algarrobas ha marcado registros increíbles, hasta siete veces superior al de los cítricos. Un hecho que no ha pasado desapercibido, tampoco, para los ladrones de cosechas. Del mismo modo que ha crecido la superficie de cultivo destinada al algarrobo y su valor en el marcado, también lo han hecho los robos en el campo. Cada vez más, los agricultores asisten impotentes ante un suceso que, para su desgracia, se ha producido históricamente con aquellos cultivos que ofrecen cierta rentabilidad.

La gran rentabilidad de la empresa Garrofas y Almendras Torres ya no es un secreto. La mercantil ya ha superado las cinco décadas de vida. En sus orígenes, era una manufacturación muy básica, pues se troceaba la algarroba, que se destinaba al consumo animal, y se aprovechaban sus semillas para uso industrial. Con el paso de los años, la firma diversificó su producción. A mediados de los años 80 comenzó a elaborar harina tostada de algarroba, un producto que los turisanos aseguran se consume en más de cuarenta países. En la década siguiente, se especializó, también, en la fabricación de la goma de garrofín destinada a los animales de compañía. La investigación no se detuvo ahí, como tampoco su crecimiento. Hoy posee dos complejos fabriles, uno en Turís y otro en Quart de Poblet, además de un laboratorio con el que impulsar la innovación.

En la actualidad, su producción se centra en tres artículos. Por un lado, con la pulpa de la algarroba tostada y pulverizada se elabora un ingrediente que han bautizado como Caromic y que se utiliza en la alimentación animal por sus propiedades energéticas y digestivas. Con la pulpa también se elabora una harina específica para el consumo humano, que la empresa turisana comercializa como un sustituto del cacao, aunque con un menor contenido graso. Por último, la goma de garrofín ya no solo se utiliza para mascotas, sino que se destina también para formar gelificantes alimentarios que aportan texturas concretas.

Todo ello ha convertido a la turisana Garrofas y Almendras Torres en una de las empresas más fructíferas de la comarca.

Pienso energético, sustitutivo del cacao y gelificante alimentario

La mercantil explota al máximo un producto que tiene decenas de usos alimenticios

R.S. Alzira

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