Dicen que aquel que es cruel con los animales no puede ser buena persona. Las estadísticas son claras y reveladoras. La llegada de las vacaciones va acompañada, en ocasiones, por el abandono de los animales por parte de muchas familias. Sin embargo, también dicen que en los pequeños gestos es donde se ve la grandeza de las personas. Por ello, ante esta situación que desborda a las protectoras y refugios de animales, algunos vecinos y vecinas de la comarca han decidido actuar y aportar su grano de arena con el objetivo de salvaguardar el bienestar de los perros y gatos durante la época estival.

A través de las redes sociales, varias personas se ofrecen a cuidar o pasear a los animales durante el tiempo en el que los propietarios se encuentran fuera del domicilio. Viviana Cosgaya, vecina de Sueca, es una de ellas. «Yo misma he vivido esta situación cuando quería irme de vacaciones porque mi perro era de raza grande y nadie de mi entorno podía quedarse con él y cuidarlo», explica. Por ello, Viviana se adentró, hace tres años, en esta iniciativa para que las familias puedan disfrutar sin preocupaciones. Su domicilio cuenta con una terraza de 164 metros en la que los animales pueden correr, jugar o descansar. Cada verano, suele recibir alrededor de diez perros y, a lo largo del año, la cifra asciende a veinte. Su objetivo es que el animal se encuentre «como en casa». «Muchos perros duermen conmigo porque están acostumbrados al contacto y cariño de sus propietarios», expone la vecina de Sueca.

Viviana ha llegado a acoger hasta tres perros durante el mismo período, aunque primero se reúne con los propietarios para conocer el carácter o las necesidades de cada animal. «Soy muy exigente y les pido el chip, la documentación y el pasaporte con todas las vacunas para evitar problemas, ya que al final es un ser vivo del que me hago responsable», indica.

El precio del servicio es «simbólico», ya que, en sus palabras, «el objetivo es evitar el abandono, ya que, muchas veces, el perro no puede estar en el hotel o en el recinto al que la familia acude de vacaciones». Durante esos días, Viviana facilita vídeos y fotografías a los propietarios. «La gente está muy contenta y suele repetir porque tenemos un trato muy cercano con los animales y estamos en constante contacto», explica.

Raquel Sánchez, vecina de Alzira, expone que la situación todavía es más complicada en el caso de los gatos. Ella misma reconoce que este tipo de animales «no está acostumbrado a viajar y es más difícil poder transportarlos fuera». Ante esta situación, Raquel se ofrece a acudir a las viviendas de los interesados para cuidar a los animales. «Les pongo agua y comida, limpio el arenero, juego con ellos y veo que todo está en buenas condiciones para que su rutina cambie lo mínimo posible», precisa.

Esta vecina de Alzira descubrió este proyecto a través de las redes sociales. Ella tiene dos gatos, a los que rescató de la calle cuando eran cachorros. «Les hice una cuenta de Instagram y descubrí que había gente que cuidaba animales, por lo que pensé que sería una buena idea», comenta. En su caso, el precio también es reducido para, en sus palabras, «cubrir los gastos de desplazamiento». Añade: «Es una buena alternativa porque las guarderías caninas son muy caras y hay gente que no lo puede costear, aunque no es ninguna excusa para abandonarlos».

María Alcaide también se ha sumado a esta iniciativa. A través de varios portales, se define como una amante de los animales. Durante el verano, disfruta de las vacaciones en un apartamento de Cullera, donde también se ofrece para cuidar a perros. «He tenido animales y me di cuenta que resultaba muy caro dejarlos en alguna guardería, por lo que se me ocurrió ofrecerme y ayudar a las familias», expone.

Raquel, Viviana y María hacen un llamamiento a la población. Su labor desinteresada supone un respiro para las protectoras, sobre todo durante el verano. «Queremos que la gente conozca alternativas porque el abandono no puede ser una opción, ya que son parte de la familia», concluyen.