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De Cullera a Tavernes al carecer La Ribera de aulas para autismo

«Cada día cogeré cuatro veces el coche», lamenta

Miriam ante las instalaciones del instituto de Tavernes, donde deberá estudiar ahora. | LEVANTE-EMV

Unos padres de Cullera llevan años reclamando la incorporación de unidades de Comunicación y Lenguaje (CyL) en algún centro educativo del municipio con el objetivo de proporcionar una respuesta educativa a las necesidades específicas de los más pequeños como en el caso del Trastorno del Espectro Autista.

Su hija Miriam, de 15 años, es una de las menores afectadas por esta carencia educativa. Como consecuencia de ello, durante cinco años, la joven ha tenido que trasladarse al CEIP Alfàndec, en Tavernes de la Valldigna, para poder cursar educación primaria, ya que se trata del centro más cercano que cuenta con un aula CyL. El próximo mes de septiembre, Miriam empieza la Educación Secundaria Obligatoria (ESO) y, otra vez, deberá volver cada día a Tavernes para poder estudiar en el instituto de secundaria La Valldigna, centro que acaba de incorporar el aula específica.

Cristina Sapiña, madre de la menor, reconoce que el traslado al municipio vecino supone un gran esfuerzo para la familia. «Tengo tres hijos y, cada día, tengo que coger el coche cuatro veces para ir a Tavernes, lo cual me imposibilita trabajar o realizar otras tareas», denuncia. Reconoce que, como ellos, hay muchas familias que se encuentran en la misma situación. «No entiendo porque no incorporan el aula CyL, ya que en Cullera hay muchos niños con TEA que necesitan este tipo de servicio», indica.

Sapiña reivindica la importancia de las aulas adaptadas a las necesidades, en las que el menor está acompañado por profesionales cualificados. «Se tiene en cuenta el ritmo de aprendizaje de cada niño, pero se les integra con el resto de menores del centro, ya que comparten actividades o tiempo de ocio», explica.

La familia señala que, ante la falta de centros cercanos, la única alternativa era trasladar a la pequeña al Colegio Público de Educación Especial Miguel Burguera, en Sueca. «Lo intentamos el año pasado porque había terminado primaria y no había ningún centro que tuviese este servicio, pero no fue beneficioso», explica la madre. En este sentido, reconoce que «a este tipo de centros acuden personas con distintas patologías», lo que ha comportado que «Miriam haya dado un paso atrás, ya que imitaba otras conductas».

No obstante, prefieren olvidar el pasado. «Miriam está muy feliz y sabemos que en Tavernes la van a tratar muy bien, como han hecho hasta ahora», señala Sapiña, quien concluye que «es una lástima que no existan más centros con aulas CyL para integrar a los más pequeños en la sociedad y normalizar la situación, ya que tienen las mismas cualidades».

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