El comercio y los grandes fondos internacionales de inversión están apostando cada vez más por el sector agrícola en la comarca de la Ribera. Frente a los elevados costes de producción, la falta de rentabilidad y la ausencia de relevo generacional entre los agricultores, los grandes fondos han encontrado un sistema muy rentable en el que invertir. No obstante, aunque algunos fondos compran tierras para explotar grandes fincas, están especialmente interesados en la red comercial con el objetivo de extraer el máximo beneficio a costa de los productores.

Desde la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-Asaja) reconocen que las últimas operaciones de fusiones se han intensificado en operadores comerciales privados de cítricos que suelen comprar en campos de la Ribera, entre otras comarcas productoras de naranjas y mandarinas.

AVA lamenta que esta nueva tendencia afecta todavía más la situación de los agricultores. «Es inconcebible ver como el pequeño agricultor no puede hacer frente a los elevados costes de producción, mientras que los grandes fondos se han dado cuenta de que se trata de un sector más rentable que el propio turismo, la industria o el sector inmobiliario», denuncia el vicepresidente Bernardo Ferrer, quien añade que «es una lástima porque la agricultura mediterránea siempre ha predominado por su nivel de exportación hacia países importantes de Europa, ya que tenemos un clima y unas tierras inmejorables, pero la situación está cambiando y se avecina un peor panorama».

Ante esta situación, muchos agricultores han decidido abandonar los campos. Como muestra de ello, la Ribera ha perdido durante los últimos cinco años casi 2.700 hectáreas de cultivo. Otra de las opciones se basa en vender los terrenos a un coste inferior. «No quieren perder más dinero porque saben que las tierras no les generan ganancias y, por lo tanto, pierden valor , ya que no son productivas. Los grandes fondos se aprovechan de esta situación», indica el vicepresidente de AVA.

La organización agraria defiende que la agricultura garantiza rentabilidad y, por ello, «los gestores internacionales quieren acceder a nuestro campo porque saben cómo gestionarlo y obtener mayores beneficios». Los agricultores se enfrentan a una serie de retos futuros para hacer frente a este panorama. En palabras de Ferrer, el sector debe organizarse para «mantenerse más fuerte». «Los agricultores deben plantearse unir parcelas, sobredimensionarse y seguir una serie de directrices o un plan de ruta a la hora de vender para poder obtener más beneficios. Es importante optimizar los costes para obtener mayores recursos», explica.

«Usurpación injusta»

Los agricultores también solicitan mayor apoyo por parte de las instituciones. «Las administraciones no han hecho nada para paliar la situación que estamos viviendo y que se está agravando durante los últimos meses. Deberían tener en cuenta que los costes de producción han subido y no podemos hacer frente porque no obtenemos beneficios», señala Ferrer. Añade: «Los fondos de inversión están organizados y saben gestionar porque tienen capital. Esas fincas podrían ser de los propios agricultores, quienes han trabajado toda la vida en el campo y ahora les han usurpado sus terrenos de manera injusta y, por ello, están arruinados».

Otro de los problemas a los que se enfrentan es la limitada duración de los productos, por lo que, muchas veces, «deben donarlos o dejarlos perder». Algunos agricultores han optado por la venta a través de Internet o por la producción de autoconsumo. «Es una opción muy romántica y bonita, pero resulta inviable, ya que se tiene que dedicar mucho tiempo y estar muy arraigado al campo para que esta vía funcione», reconoce el vicepresidente. «No podemos pensar en una sociedad de autoabastecimiento. Puede ser una alternativa, pero no es la solución, ya que no se adapta a la realidad», concluye.