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La matriculación de vehículos se desploma un 20 % en un año

Solo 9 pueblos contabilizan incrementos

Vehículos en circulación y aparcados en Castelló, en una imagen de archivo. | PERALES IBORRA

El mercado del automóvil no da signos de mejora. La pandemia y la guerra en Ucrania han afectado a una gran cantidad de sectores económicos y el de la venta de vehículos es uno de ellos. Fabricarlos fue una tarea complicadísima durante meses y las consecuencias todavía son palpables. Tanto es así que las matriculaciones en la Ribera han descendido un 20 % durante el último año.

Aunque las consecuencias de este desplome se pueden encontrar en motivos diversos, el contexto de los últimos años es un factor de peso. Primero fue la irrupción de la pandemia, que obligó a tomar todo tipo de medidas restrictivas que frenaron la producción en múltiples industrias. A continuación, la guerra de Ucrania. Dos escenarios de magnitud mundial que han provocado, primero, la escasez de microchips y, luego, de metales como el níquel o el paladio (utilizados en baterías), de los que Rusia es el productor mayoritario. Un contexto desfavorable al que quizás haya que añadirle el menor desembolso de las familias en previsión de la llegada de un nuevo escenario de crisis de cara al otoño.

Circunstancias, todas ellas, que habrán influido, en mayor o menor medida, en la menor inversión de los vecinos de la comarca en automóviles. Los datos así lo demuestran. Mientras que de junio de 20 al de 2021 se matricularon en la Ribera 8.220 vehículos, entre los mismos meses de 2021 y 2022 la cifra había caído hasta los 6.518. Esto quiere decir que las oficinas de la Dirección General de Tráfico han registrado un 20,7 % menos de trámites con solo un año de diferencia.

Hay excepciones, aunque son más bien pocas. En solo nueve localidades, la cifra ha aumentado durante el periodo analizado. Se trata de: Antella, Benimodo, Cotes, Favara, l’Énova, Llaurí, Sant Joanet, Sollana y Tous. Todas ellas de tamaño pequeño y que difícilmente pueden contrarrestar una tendencia descendente tan pronunciada.

Son también poblaciones reducidas las que registran los mayores descensos, en términos porcentuales. El más elevado es el que registra Massalavés, donde las matriculaciones han caído algo más de un 60 %. En su caso, implica pasar de 37 en un año a 14 en el siguiente. También sobrepasan el 50 % Alfarp, Beneixida, Fortaleny y Senyera. Nuevamente, se trata de municipios con pocos habitantes, donde las variaciones estadísticas provocan grandes picos, ascendentes o descendentes, con la más mínima de las variaciones.

Uno de cada seis son alzireños

En las grandes ciudades, sin embargo, el descenso ha sido generalizado, pero también irregular. La caída de matriculación de vehículos más significativa es la que se ha producido en Algemesí. Mientras que entre los meses de junio de 2020 y 2021 se registraron 538, durante el año siguiente el dato se redujo hasta los 343. Lo que supone un 36, 2 % menos. En el polo opuesto, aunque sin romper la tendencia, se encuentra Carcaixent. El descenso entre un periodo y el siguiente fue del 2,6 % al pasar de 281 a 271. Apenas diez vehículos menos.

La caída también ha sido más suave en Cullera. Concretamente, del 6,4 %. Entre 2020 y 2021 se matricularon 468 automóviles; un año después fueron 438, treinta menos. Por su parte, en las dos capitales ribereñas la reducción ha superado el 20 %. En Alzira fue del 24 %, al perder entre uno y otro periodo 359 registros. Con todo, la localidad de la Ribera Alta contabilizó 1.131 vehículos entre los meses de junio de 2021 y 2022. Esto supone una sexta parte del total de la comarca. En Sueca, el descenso fue del 27,6 %, ya que durante un año se matricularon 648 vehículos mientras que durante el siguiente fueron 469.

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