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Una abuela de 106 años

Dos de sus hijas seguirán su tradición de lanzar el petardo a la Divina Aurora

Josefina Muñoz celebró sus 106 años junto a sus cinco hijos en Benifaió el pasado sábado. | LEVANTE-EMV

Josefina Muñoz, vecina de Benifaió, cumplió 106 años el pasado 27 de agosto. En una celebración tan especial, no quisieron faltar sus cinco hijos, vecinos, autoridades municipales y resto de familiares, que le entregaron un ramo de flores en representación de toda la localidad. A pesar de que, como reconoce su hija Maribel Marqués, «se va apagando poco a poco, todavía es la fuerza de la vida». La menor de los cinco hijos recalca que «106 años son muchos y, además, no han sido nada fáciles».

Actualmente, Josefina vive en su propia casa. Todas las mañanas, una mujer acude al domicilio para ayudarla y, por las tardes, los hijos se encargan de realizar algunas tareas y le hacen compañía. «Come muy poco, no sale de casa. Su rutina es muy sencilla: se levanta, desayuna y ve un poco la televisión. Ya está muy mayor», relata Maribel.

Josefina Muñoz nació en 1916, durante la Primera Guerra Mundial. Con tan solo once meses, perdió a su madre, que tenía 22 años. A partir de ese momento, esta vecina centenaria tuvo que servir a otras familias para poder sobrevivir. «Su infancia fue muy triste. Desde bien pequeña, le tenía que hacer la comida a su padre. En aquellos años, el machismo reinaba en la sociedad», explica Maribel.

A los 26 años, en plena Guerra Civil, Josefina se casó con Joaquín Marqués en Alzira. Él era panadero, por lo que ambos decidieron abrir un horno en Benifaió. «Ha sido muy valiente porque nos crió a los cinco hijos allí en el horno. Mis padres eran muy felices», reconoce Maribel, quien define a su madre como «una mujer muy avanzada, pero también católica». Este hecho le comportó algunos problemas durante la Guerra Civil. «Ha sido muy reservada en este aspecto», reconoce Maribel.

En Benifaió todos la conocen como la abuela cohetera. Todos los años, se ha encargado de lanzar un petardo durante la procesión de la Divina Aurora. «La imagen se paraba delante de la puerta y ella tiraba el petardo en su honor», indica su hija, quien añade que «este año la tradición la cumplirán dos de sus hijas, ya que no queríamos que lo hiciese ella». Su pasión comportó que la peña «El Coet» de Benifaió la nombrase socia honorífica.

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