Las familias del colegio Sagrada Familia, en Alzira, llevan meses denunciando el embotellamiento que se origina en la calle de acceso al centro tras la caída de un muro el pasado mes de abril. El desplome se produjo durante las últimas lluvias primaverales y comportó el cierre al tráfico de la travesía situada entre la calle Sagrada Familia y la calle Comercio, cercanas al centro escolar.

"La travesía lleva cortada desde el pasado mes de mayo. La situación comporta que todos los coches se aglomeren en la calle de acceso al colegio. No solo son los vehículos que circulan, sino los que paran a ambos lados de la calzada imposibilitando todavía más la circulación", denuncia la presidenta de la AMPA, María José Canet.

Además, en palabras de Canet, la alta concentración de coches en la zona supone un peligro para el alumnado. "No ha ocurrido una desgracia de milagro. Nos sentimos abandonados", denuncia. La presidenta señala que el centro se ha reunido en varias ocasiones con el ayuntamiento para encontrar una solución. "El consistorio nos dice que cuesta mucho dinero. Ya solicitamos que lo arreglaran en verano coincidiendo con las vacaciones, pero no nos han hecho caso y no observamos ningún avance", reivindica.

Por su parte, el concejal de Servicios Públicos en Alzira, Fernando Pascual, ha explicado a Levante-EMV que "la obra está adjudicada por 50.000 euros y se iniciará en breve". "Pedimos a los padres que tengan confianza porque la obra se va a realizar, pero deben ser conscientes de que la administración pública debe seguir unos pasos", manifiesta.

El portavoz de Ciudadanos en la localidad, Miguel Vidal, ha criticado "la falta de mantenimiento del entorno del centro como ocurre en otras zonas de la ciudad". "Se está causando molestias al alumnado y sus familias, tanto si van a pie como en coche. El gobierno alardea de rutas escolares seguras, pero tiene el acceso al centro en pésimas condiciones", concluye.