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«Es un problema medioambiental creado por la Administración»

La regresión se ha agravado por la construcción de pantanos y puertos

Regresión de una parte de la costa en Cullera desde el 1945 hasta el 2000. | LEVANTE-EMV

«Es una verdad incómoda». Así califica el topógrafo y vecino afectado de Cullera, Joaquín Martí, la regresión del mar en el litoral de la comarca. Martí recuerda que empezó a investigar sobre los motivos de este hecho hace cinco años. «Se trata de un problema medioambiental creado por la propia Administración. Ellos lo saben, pero es más fácil culpar al cambio climático», reconoce.

El topógrafo señala que el problema se centra en dos ejes. Por una parte, la elevada construcción de embalses y pantanos durante la década de los sesenta. «Su construcción es necesaria, pero, a su vez, no dejan pasar los sedimentos hacia el mar, ya que quedan retenidos», explica.

Otro de los motivos, en palabras de Martí, es la realización de puertos y escolleras a lo largo del territorio. En este sentido, el topógrafo señala que «estas construcciones provocan que la arena no se distribuya de manera igualitaria en toda la costa». Especifica: «Al norte de los espigones, las playas crecen de manera notable, mientras que en el sur cada vez hay menos arena porque no se puede depositar el sedimento». Como ejemplo, el topógrafo explica el caso de la playa de San Antonio, en Cullera. «Ahora tiene 100 metros más de arena que en los años 70. Lo mismo ocurre en la bahía situada enfrente de esta zona, que se ha llenado de arena por las escolleras. Sin embargo, esto, antes de que se realizasen estas construcciones, no existía porque la playa se distribuía de manera continua», recalca.

Por el contrario, las playas situadas al sur de la escollera sufren la regresión. «Estas zonas están destruidas. En los 70, la playa de El Marenyet ya sufría estas consecuencias», reivindica Martí.

El topógrafo indica que en el 2000 ya se apreciaba una regresión en el litoral. «En aquellos años, ya se observa la desaparición de 3 o 4 metros de arena. La Administración ya sabía qué estaba pasando», especifica. No obstante, denuncia que «la Ley de Costas carga toda la responsabilidad contra el propietario. Lo expropia, no lo indemniza y la vivienda pasa a ser de dominio público».

Tasas medioambientales

Martí denuncia que «el cambio climático puede influir en esta situación, pero no es el culpable». Reconoce que el problema no «tiene fácil solución». Por ello, las asociaciones vecinales, agrupadas bajo la plataforma «Salvem-Som Mediterrània», proponen que la administración imponga tasas medioambientales. «Quien contamine que pague. Y este dinero que se invierta en la costa porque no se están destinando recursos para paliar el daño», reclama.

Solo en Cullera, desde los años sesenta, han desaparecido 4 millones de metros cúbicos de arena. Como ejemplo, «la ratio de desaparición de arena en El Brosquil es de dos metros por año. Por lo tanto, dentro de 50 años, un huerto situado a 100 metros de la costa, habrá desaparecido». En otras palabras , «hasta 2018, se perdieron 384.000 m² de tierra cultivada en Cullera por culpa del mar».

En este sentido, las distintas plataformas reivindican que el trasvase de arena no es la solución. «Están perdiendo dinero que se podría invertir en otros proyectos porque la arena acaba desapareciendo», destacan. Y concluyen: «Han pasado 70 años y todavía no hay ninguna solución a este problema».

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