El debate sobre la acumulación de cañas y maleza en los barrancos y la necesidad de eliminar esa vegetación para facilitar el paso de las escorrentías en caso de fuertes precipitaciones se repite cada año cuando llega el otoño. Los ayuntamientos se afanan por actuar en los puntos críticos y reducir posibles riesgos en una comarca especialmente sensible a las inundaciones. La Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) detalló ayer que existen 397 autorizaciones vigentes en toda su demarcación para actuaciones de mantenimiento y conservación de cauces y que, en los tramos que le corresponden, zonas no urbanas, defendió frente a las repetidas críticas que recibe sobre una supuesta inactividad, que realiza esta tarea “de forma continua según las disponibilidades presupuestarias”.
El riesgo de desbordamiento no es, no obstante, la única amenaza que representan los barrancos. Un incendio de las cañas acumuladas en el parque fluvial del barranco de Barxeta, en el término de Carcaixent, obligó el domingo a cortar por momentos la carretera CV-41 por falta de visibilidad, según informó el ayuntamiento. La proximidad de la línea de Cercanías de Renfe, de la estación de bombeo y de la propia carretera añadía un grado de peligrosidad al incendio, que obligó a movilizar tanto a efectivos del parque comarcal de bomberos, como medios aéreos, bomberos forestales, a voluntarios de Protección Civil, a patrullas de la Policía Local y la Guardia Civil y al agente medioambiental. La rápida respuesta y la coordinación de los efectivos facilitó el control y que en dos horas y media se diera por extinguido este incendio.
Fuegos en el barranco de la Casella
Se da la circunstancia de que por la mañana se había declarado en Alzira otro incendio de cañas en el barranco de la Casella, junto a la mota de protección que discurre por la partida de Les Basses en paralelo al torrente, que también obligó a intervenir a los bomberos. El fuego llegó a saltar la mota, aunque los servicios de emergencias también lo pudieron extinguir con celeridad sin que se llegara a propagar por la abundante vegetación que invade este tramo del barranco.
Una veintena de ayuntamientos de la Ribera tiene actualmente autorizaciones en vigor para trabajos de mantenimiento y conservación de cauces, entre los que se encuentra Alzira o Algemesí, pero entre los que destacan los casos de Carcaixent y Sellent por el mayor número de torrentes en los que puede intervenir. En el caso de Carcaixent, la autorización incluye la limpieza del cauce del Barxeta, del Barranquet, del Barranco de la Font de la Parra, de la Font del Piner o Pelaburros, el de Gaianes y el de la Vila. Alzira, Algemesí, Gavarda, Polinyà, Albalat o Sumacàrcer tienen autorización para actuar en el Xúquer. En el caso de Algemesí también en el Magro, al igual que Montroi, Real, Alfarp o Llombai, y Manuel en el Albaida.
A principios de mes, concretamente el sábado día 3 en torno a las 20 horas, los vecinos de esta partida rural también detectaron otro incendio en el barranco de la Casella alertados por el crepitar de las cañas al arder.
Un miembro de la Asociación de Vecinos Partida Les Basses-Avenida de la Ribera, Voro Pérez, alertó en el pleno que el miércoles celebró el Ayuntamiento de Alzira de esta sucesión de incendios y emplazó a incidir en la limpieza de los barrancos ante la sospecha de que algún pirómano pueda estar detrás de estos incendios. “Si la concejalía de Agricultura pasara más a menudo la máquina que limpia las cañas supongo que se reduciría la tentación a los pirómanos”, llegó a señalar.
