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Los jabalíes aumentan los daños en campos de Sumacàrcer al comerse del árbol también las navelinas

Un agricultor de Sumacàrcer detecta restos de naranjas devoradas en un par de parcelas: "Más que por campos, va por árboles, son caprichosos"

Un árbol con restos de navelinas devoradas por los jabalíes en el suelo en un campo de Sumacàrcer. Fermín J. García

La sobrepoblación de jabalíes en las montañas y cauces fluviales de la Ribera provoca desde hace ya tiempo daños en la agricultura que no se limitan a remover la tierra al pie de los árboles para desenterrar las raíces o a la rotura de las gomas del riego por goteo en busca de agua. Esta fauna salvaje ya se “autoabastece” de todo tipo de fruta directamente del árbol y en campos de Sumacàrcer se ha detectado que ya no se trata solo de clementinas maduras, más fáciles de pelar por el tipo de corteza, sino también de navelinas tras aparecer algunos árboles rodeados de envoltura de naranjas en las que no han dejado ni rastro de la pulpa.

“Son casos puntuales y más que por campos, va por árboles, el jabalí es caprichoso”, comenta Fermín García, agricultor que ha detectado esta situación en al menos dos campos del término de Sumacàrcer.

Fue precisamente en esta localidad del interior de la Ribera Alta cuando hace un par de años los agricultores alertaron de que los jabalíes arrancaban directamente del árbol las clementinas y mandarinas maduras que tenían a su alcance, al encontrar los pedúnculo colgando con una parte de la corteza mientras que en el suelo aparecía el resto una vez devorada la pieza de fruta. Es más, los esfuerzos de los jabalíes por alcanzar algunas piezas más elevadas provocaban incluso la rotura de ramas.

"El abrefácil lo tienen en los dientes"

“Para ellos parece que no es un problema, tienen un arte para abrir las naranjas y las repelan absolutamente, el abrefácil lo tienen en los dientes”, apunta García.

En su día, los agricultores alertaron de que también las granadas y los caquis se habían incorporado a la dieta de estos animales omnívoros que están ocasionando problemas en muchas zonas agrícolas de la Ribera y que también han provocado accidentes de tráfico cuando, en sus salidas nocturnas, cruzan carreteras muy transitadas como la CV-50.

Catorce precintos para cazar cabras

Por otra parte, dada la proximidad de Sumacàrcer a la sierra, también es habitual la presencia de cabras montesas, que en ocasiones se han visto por las calles del núcleo urbano, y que suelen dañar cultivos jóvenes al comerse los brotes más tiernos. La Conselleria de Medio Ambiente ha autorizado por segundo año consecutivo a la Associació de Caçadors la Perdiu de Sumacàrcer a abatir catorce ejemplares, siete machos y siete hembras, como forma de controlar una población que va en aumento. Hasta el año 2020 únicamente se concedían ocho precintos.

El presidente de la asociación de cazadores, Marcos Alós, considera que la cifra de catorce ejemplares sigue siendo insuficiente para tener la población de cabras bajo control y señaló que si se detecta que siguen provocando daños a la agricultura se volverá a reclamar, como en años anteriores, que se aumenten los precintos que concede la Administración como garantía de una caza controlada de esta especie.

Con la apertura de la veda el pasado 12 de octubre, se han visto cazadores con arco por Sumacàrcer que han adquirido estos precintos, un práctica deportiva que, según Alós, “està muy de moda” y que aumenta la dificultad.

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