La nula conciencia social del efecto depredador de los gatos sobre muchas especies que tienen a su alrededor, la necesidad de proteger a los murciélagos o la buena noticia que representa la recuperación natural de la ardilla roja, que vuelve a estar presente también en montañas de la Ribera -en Alzira se ha detectado tanto en les Valletes de Bru como en el entorno de la Murta – son algunas de las reflexiones que el técnico de investigación del Instituto de Biología Integrativa de Sistemas (I2SysBio), un centro mixto de la Universitat de València y el CSIC, Adrià Vinyals, dejó en Alzira durante su participación en la jornada de la Universitat de Tardor celebrada bajo el lema «Conservació de la biodiversitat dels ecosistemes prelitorals: anem avançant?».
«Lo más problemático es el desconocimiento existente sobre la fauna que tenemos porque no tenemos demasiada información», resumió Vinyals, mientras identificaba dos «grandes» problemas desde el punto de vista de la conservación: los quirópteros o murciélagos, por un lado, y los carnívoros, por otro. En el primer caso, por la destrucción de su hábitat cuando se trata de una especie que depende de las zonas de refugio -Vinyals destacó el esfuerzo «descomunal» realizado por la Generalitat para proteger las cuevas y evitar la pérdida de biodiversidad– mientras que, en el segundo caso, señaló que con la excepción del zorro que es el más abundante, apenas hay información clara de tejones o mustélidos como la comadreja, «que en teoría son los más comunes, pero que no se ven fácilmente».
Especie invasora peligrosa
Adrià Vinyals planteó la necesidad de conciliar en la medida que sea posible la tenencia de gatos con el efecto depredador de un animal que, según dijo, «está considerado internacionalmente como la especie invasora más peligrosa del planeta», y no dudó en señalar que las colonias felinas tan en auge no son, desde el punto de la vista de la ciencia, una solución ya que multiplican los efectos perniciosos. «La ciencia dice que los gatos son depredadores de la mayoría de especies que hay alrededor. La gente no quiere desprenderse de los gatos, pero tiene que saber el impacto que genera esta especie cuando se les abre la puerta para que salgan, hacen lo que hacen, y vuelven a casa. Es muy complicado conciliar y, desde mi punto de vista, la solución debería ser más global», comentaba el investigador, mientras apuntaba que en países con más sensibilidad como Australia o Canadá hay municipios que van a aplicar un toque de queda para evitar que los gatos salgan a la calle, con sanciones a los propietarios que lo incumplan, «porque no puedes erradicar los gatos». «Desde el punto de vista de la ciencia las colonias felinas no van bien y con la nueva ley -de Bienestar Animal -no va a mejorar porque de alguna manera protege a los gatos», señaló.
El técnico del I2SysBio presentó la expansión de la ardilla roja como «uno de los casos más emblemáticos de recuperación natural de una especie», un «buena noticia» que atribuyó a la mejora de la gestión de las masas forestales y defendió que la ardilla no representa un problema.
«Población excesiva de jabalí»
En referencia al jabalí, señaló que es la propia Conselleria de Agricultura la que admite que se da una situación de «población excesiva» en base a la información de que se dispone que, según incidió, «es muy poca», ya que se basa en encuestas, datos de animales capturados o problemas que generan. Vinyals comentó que la concepción como plaga suele «llevar a un pánico y no es el camino» y señaló que si bien los daños que provocan los jabalíes se pueden cuantificar, no parecen tan elevados como para considerar una plaga «como podrían ser las ratas o las cucarachas. Se necesita más investigación», apostilló.
El investigador admitió que hay una progresiva recuperación de fauna salvaje. Se refirió al zorro o rabosa como una de las especies más abundantes y, de hecho, dijo, «es el único carnívoro que tiene aceptado un control cinegético». La presencia de la cabra montés no supone un problema en esta zona. Y respecto al arruí auguró que «más pronto o más tarde llegará», ya que esta especie del Norte de África que ya está en Alicante está en expansión y la conselleria la ha incluido en la lista de especies exóticas pero no entra en sus previsiones erradicarla.