La costa suecana se llena de aves propias del Atlántico Norte muertas
La debilidad y desnutrición acaba con la vida de una veintena de alcas lejos de su hábitat natural
Una veintena falsos pingüinos han aparecido hoy muertos entre las playas de El Perelló y Les Palmeres. Parecen pingüinos, motivo por el que han despertado mucha expectación, pero en realidad se trata de ejemplares de alca torda, cuya presencia en la costa mediterránea resulta muy extraña. El hábitat natural de estas aves es el Atlántico Norte, pero cientos de estas aves han sido vistas en la costa catalana y valenciana con una debilidad extrema.
Estas aves se han convertido durante un par de semanas en un atractivo turístico más pero en los últimos días no aparecen más que cadáveres. La causa de esa mortandad está en estudio. Aún no hay datos concluyentes, aunque parece descartarse que sufran alguna enfermedad. Se trata más bien de debilidad extrema combinada con desnutrición, según apuntan algunos especialistas.
La hipótesis más extendida es que podrían haberse desorientado y extraviado arrastradas por fuertes rachas de viento hasta que, exhaustas, han encontrado refugio en el litoral mediterráneo. La pérdida de masa muscular y el agotamiento de estas pequeñas aves se han constatado también en el litoral francés. «Han llegado en muy malas condiciones desde la zona antártica en la que ahora deberían estar», apunta el responsable valenciano de SEO Birdlife, Mario Giménez
Los expertos barajan dos alternativas: que la borrasca instalada en el Atlántico las arrastrara por la acción del fuerte viento hacia el sur o que la ausencia de comida en sus hábitats naturales las haya llevado a buscar nuevos territorios y que, extenuadas, tampoco hayan encontrado suficiente pesca en Francia y España para recuperarse. Hay incluso especialistas que aventuran que cambios climáticos de mayor calado han variado sus pautas de conducta.
Las alcas pueden ser vistas en el Mediterráneo. Hay constancia de su presencia invernal en alta mar. Lo que «no resulta nada normal» es verlas en la costa, en playas y puertos, como sucede ahora. Eso es lo excepcional porque son animales de comportamiento pelágico. Es muy extraño encontrarlas en tierra. Solo suelen acercarse a la plataforma continental durante la primavera para reproducirse en acantilados del Atlántico Norte. En temporadas de mal tiempo llegan a bajar a las costas cantábricas. Por eso es muy extraño verlas ahora en la costa suecana.
En las primeras necropsias no se han observado enfermedades que puedan haberles provocado esa desorientación que las lleva a la muerte. Es aconsejable, en cualquier caso, no tocarlas.
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