Los jabalíes abatidos en Alzira aumentan un 28 % el último año y marcan un nuevo récord con 346 ejemplares

Los animales analizados por aficionados del club local para determinar si son aptos para el consumo constatan que la población sigue en aumento

Otro jabalí atropellado, ayer, en la cuneta de la CV-50 en el término municipal de Alzira.

Otro jabalí atropellado, ayer, en la cuneta de la CV-50 en el término municipal de Alzira. / PERALES IBORRA

El número de jabalíes abatidos y llevados a analizar al laboratorio de referencia de la Asociación de Cazadores de Alzira creció el año pasado un 28 % respecto del año anterior y marcó un nuevo récord con 346 capturas, que da cuenta de lo extendida que está esta especie en el término municipal. 

Alzira es uno de los 19 municipios de la Ribera Alta en los que la Conselleria de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica ha detectado una sobrepoblación de cerdos salvajes y el grave accidente que el martes por la noche sufrió un vecino de Guadassuar al encontrarse con un jabalí cuando circulaba por el polígono industrial El Pla ha reabierto el debate sobre las consecuencias de la progresiva expansión de esta especie que, especialmente los agricultores, no dudan en calificar como plaga por los daños que ocasionan en sus cultivos.

Determinación si es apto para el consumo humano

El control que lleva la asociación de cazadores de los jabalíes abatidos que se llevan a analizar para determinar si son aptos para el consumo humano es solo un indicador que no recoge todos los ejemplares que se cazan ya que hay aficionados que pueden acudir a otros laboratorios o simplemente jabalíes que no se llegan a analizar. 

Jabalíes abatidos en las montañas de Alzira.

Jabalíes abatidos en las montañas de Alzira. / Levante-EMV

El nuevo presidente de la asociación de cazadores, Miguel Ángel Redondo, no duda en señalar que la sensación es que la población de jabalíes es muy elevada: «Cada año que pasa hay más y va a haber más porque no paran de criar y no tienen ningún depredador que pueda con ellos», comenta Redondo, mientras señala que la presencia de esta fauna salvaje causa estragos en campos de caquis y naranjas, donde además de escarbar el terreno, deshacer márgenes o romper gomas del goteo, han pasado a coger directamente la fruta de los árboles.

El portavoz de los cazadores señala que la acumulación de leña en las montañas garantiza a los jabalíes numerosos refugios, a la vez que impide a los aficionados a la práctica cinegética acceder a estos lugares y ayudar a controlar la población creciente «a pesar de que ahora se permite utilizar recursos como el visor nocturno que antes no se podía».

Los cazadores, que colaboran con el Ayuntamiento de Alzira, realizan esperas durante todo el año en puntos de paso de los jabalíes y también ganchos -pequeñas batidas con un máximo de quince escopetas- durante los fines de semana de la temporada de caza, lo que ha contribuido a elevar al número de piezas abatidas. 

Tanto en 2020 como en 2021 se contabilizaron en este sistema 270 capturas, lo que representaba la cifra más alta desde que la asociación empezó a recoger estos datos hace ya catorce años.

El presidente de la asociación local detalla que grupos de cazadores organizan prácticamente todos los fines de semana de la temporada de caza, sábados y domingos, ganchos en zonas como el Barranc de la Rabosa, el Racó les Vinyes, la montañas de la Garrofera o en la Barraca. El valle de Aigües Vives es, según Miguel Redondo, el lugar donde más jabalíes se detectan y, de hecho, no es difícil encontrar un animal atropellado a lo largo de la CV-50 que cruza el valle. Según señala, las piezas que se capturan en estos ganchos es variable, pero considera que son efectivos ya que mientras en unos se han abatido tres o cuatro ejemplares, en otros se ha llegado a la decena. Pascual Fandos Alzira