Cullera es muy accesible

Un estudio premiado por la Universitat de València constata la sensibilidad que ofrece la ciudad a las personas con movilidad reducida

Playa accesible del Oasis, en Cullera.

Playa accesible del Oasis, en Cullera. / Levante-EMV

Joan R. Gimeno

La participación de las personas con diversidad funcional en la actividad turística es esencial para su integración social. Cullera se ha mostrado sensible a esta realidad hasta convertirse en un destino muy recomendable para las personas con problemas de movilidad. Un estudio que certifica las bondades que ofrece Cullera a ese tipo de visitantes elaborado por la joven Estela de las Morenas ha ganado del IV Premio de Investigación «Joaquín Olivert» impulsado por la Cátedra Ciudad de Cullera de la Universitat de València. 

La acreedora de ese galardón académico trabaja en el sector turístico como touroperadora. El año pasado acabó el grado de Turismo en la Universitat de València y, tras desarrollar las prácticas, decidió realizar su Trabajo Final de Grado sobre esta ciudad. «El tema del turismo accesible me pareció interesante y, como Cullera es un destino turístico inteligente y sostenible, quería investigar cómo se han adaptado los recursos para hacer de la ciudad un destino accesible para todo el mundo», explica de las Morenas.

La joven ganadora analizó si cuando se planifica un servicio turístico se piensa en las personas con discapacidad. Mediante un exhaustivo trabajo de campo, examinó los recursos naturales, culturales, los hoteles y restaurantes y el casco urbano de Cullera. La investigación destaca el esfuerzo del ayuntamiento para condicionar las playas y adaptar las rutas senderistas, los miradores o los espacios para descansar dentro de los parajes protegidos, así como otros elementos que tienen que ser accesibles para que la visita al municipio sea satisfactoria.

Desniveles y escaleras

En el estudio se remarca también la renovación de calles poniendo bancos y ampliando aceras con pavimentos estables sin obstáculos y rampas que facilitan el paso de las personas con silla de ruedas pero también se advierte de la existencia de espacios empinados sin barandillas y con muchas escaleras en algunos barrios del municipio. De la dotación pública en las calles o plazas de las Morenas destaca como ejemplo de integración el parque de la plaza Andrés Piles que tiene zonas de juego para niños y niñas con movilidad reducida. 

En su investigación, la joven premiada también documenta las características de los accesos a los edificios históricos. Analiza si tienen o no entradas anchas y adaptadas, si los carteles explicativos son grandes y fácilmente legibles o si los museos cuentan con buenas condiciones lumínicas y disponen de guías en Braille y señalizaciones claras.

En cuanto a los hoteles y la restauración, el estudio recoge el hecho de que la mayor parte de los restaurantes disponen de baños adaptados, ascensores y rampas, pero en muchos casos el espacio que queda bajo las mesas no es suficiente para las personas que utilizan silla de ruedas y la barra suele ser demasiado elevada. En cambio, los menús aparecen mayoritariamente en formatos de fácil lectura con la versión en Braille.

Hoy, según destaca el alcalde, Jordi Mayor, más del 80% de las aceras están adaptadas a las personas con movilidad reducida. Cullera fue el primer destino turística de España en contar con una playa accesible para personas con movilidad reducida.