Terrenos del PAI frustrado en la Garrofera albergarán una planta fotovoltaica

Una parte de los terrenos incluidos en su día en el PAI que proyectaba una macrourbanización con 3.000 viviendas y un campo de golf en la partida de la Garrofera, un área rural de Alzira ubicada a doce kilómetros del casco urbano, al otro lado de la autovía A-7, han sido arrendados para la construcción de tres parques fotovoltaicos de 4,6 MW de potencia nominal cada uno -alrededor de 5 MW de pico- que supondrán una inversión próxima a los nueve millones de euros. 

Una sociedad de capital alzireño, Inversiones Solares RiberaAlta, impulsa estos proyectos, que se tramitan por separado. De hecho, dos de ellos se encuentran ya en fase de exposición pública mientras que el tercero está previsto que inicie este trámite de forma inminente. 

Superficie media de alrededor de diez hectáreas

Los promotores defienden que estos tres parques con un tamaño medio de entorno a diez hectáreas no son comparables con otras macrocentrales proyectadas en el actual «boom» de las energías renovables y, de hecho, señalan que «los proyectos de menos de 5 MW se tramitan por el procedimiento acelerado, por lo que los plazos de tramitación se ven reducidos a la mitad». 

«Dado que la regulación autonómica ha agilizado la tramitación de este tipo de proyectos, entendemos que son la tipología que gusta a la Generalitat», inciden, mientras recuerdan que corresponde a la Administración autonómica tramitar los proyectos que no superen los 50 MW -por encima de esta potencia la competencia es del ministerio- y que los de menos de 5 MW «son considerados pequeños». Aseguran que buscaron suelo en la Garrofera ya que, en los primeros contactos mantenidos con el Ayuntamiento de Alzira, se les indicó que se trata de un sector en el que estos proyectos podían tener cabida.

«Dado que la regulación autonómica ha agilizado la tramitación de este tipo de proyectos, entendemos que son la tipología que gusta a la Generalitat»

Fuentes de la sociedad promotora defienden que se trata de terrenos que se encuentran «totalmente abandonados» desde hace años y en muchos casos de suelos degradados. Se da la circunstancia de que, durante los años del «boom» inmobiliario, se proyectó en la Garrofera una urbanización sobre 1.300.000 metros cuadrados con 3.000 viviendas y un campo de golf -incluso se planteó una reserva de suelo para una futura ampliación-, aunque el pinchazo de la burbuja inmobiliario en un primer momento y, acto seguido, la negativa del Consell a autorizar diseños urbanísticos dispersos con grandes urbanizaciones provocó que el ayuntamiento acabara por descartar el proyecto.

Ya en la pasada legislatura, la coalición de izquierdas introdujo durante la revisión del plan urbanístico la clasificación del suelo de la Garrofera como no urbanizable de protección agrícola para evitar que cualquier promotor pudiera reactivar un PAI en el sector.