El objetivo de José Luis Palacios Tórtola como candidato del Partido Popular a la alcaldía de Alzira no se circunscribe a ganar las elecciones municipales del 28 de mayo sino que aspira a imponer con los votos un cambio de ciclo que permita al PP gestionar, ocho años después, el ayuntamiento de la capital de la Ribera Alta. «Ser el más votado resulta baldío si no se gobierna, ganar no es suficiente si no sirve para nada. Por tanto, la meta no es mejorar los resultados, porque no se trata de compararse con nadie, sino de poder gobernar con cierta independencia», proclamó ayer tras ser proclamado oficialmente por la dirección del partido. Ayer lo hizo el comité ejecutivo regional.
Palacios aterriza en una agrupación del PP donde todavía quedan rescoldos del incendio que provocó su elección. Tanto el presidente local, José Andrés Hernández, que aspiraba a liderar la candidatura, como buena parte de su círculo más estrecho de colaboradores están muy dolidos por las formas utilizadas por la dirección autonómica del PP para apartarlos de la carrera electoral. La llegada de Palacios se saldó con la salida de Enrique Montalvá, que se ha marchado a Vox tras permanecer 16 años como concejal en el ayuntamiento.
El nuevo hombre fuerte del PP en Alzira llega con ánimo conciliador. «Las discrepancias son legítimas, pero la inmensa mayoría de los afiliados son personas que defienden al partido por encima de cualquier otra consideración y todos vamos a coincidir en el objetivo de lograr el mejor resultado electoral», defiende. Durante las últimas semanas, el candidato se ha reunido de manera discreta con muchos militantes y ha recibido numerosas muestras de apoyo interno. El incendio se ha convertido en llama y Palacios aspira a extinguirlo por completo. Trabajará «para conseguir nuevas complicidades» dentro y fuera.
Lo último: la candidatura
Con ese ánimo de buscar consensos, ahora pretende orillar el debate sobre el equipo que le acompañará en el ayuntamiento. «Yo apelo a la célebre frase de Julio César: ‘cuando lleguemos a ese río, ya cruzaremos ese puente’, no es un problema que vayamos a plantear ahora», zanjó. Su deseo es agotar al máximo los plazos para evitar nuevas tensiones internas. «Ahora hay que trabajar para estrechar lazos con la sociedad alzireña, que es a la que nos debemos», adelanta. Por eso ya perfila un calendario de reuniones institucionales con asociaciones culturales, cívicas, empresariales, sindicales, religiosas o deportivas para perfilar el programa electoral. Después ya buscará los perfiles más adecuados para gestionar los planes propuestos.
Respecto a los aliados políticos que elegiría en caso de que necesite votos para formar gobierno prefiere no estrechar el círculo de alternativas. «Soy consciente de que no solo se trata de ganar sino de gobernar con posibilidades matemáticas y, si no logro la mayoría absoluta, tendré la obligación y la vocación de ponerme en contacto con todas las fuerzas políticas que consigan representación para explorar vías de encuentro, porque lo importante para los 21 concejales no es quién manda sino Alzira y, para el alcalde, más todavía».
Sin «listas negras»
Preguntado expresamente por Vox, Palacios negó ayer cualquier tipo de vetos: «No habrá limitaciones, ni fronteras ni listas negras. La exigencia para todos es buscar lo mejor para Alzira». Y en relación a Ciudadanos, cuya lista electoral es todavía una incógnita pese a que su único concejal, Miguel Vidal, ha mostrado su deseo de presentarse, el alcaldable del PP responde que la política de pactos para presentar listas conjuntas corresponde adoptarla a la dirección nacional o autonómica del partido y que aceptará cualquier sugerencia «porque mantiene una excelente relación personal con Vidal» desde que compartió con él escaño en el Grupo Municipal del PP durante el último mandato de Bastidas.
Pero lo inmediato, ahora, es mirar hacia dentro para cerrar heridas. «Con toda humildad hablaré con todos los afiliados y simpatizantes que se presten a escucharme, porque vengo a sumar y a multiplicar, no a restar y a dividir. Todos saben que soy conciliador y pretendo aglutinar a la mayor gente posible», sostiene.