Mujeres alejadas de la vara de mando en la Ribera

Desde la recuperación de la democracia, los ayuntamientos de la comarca solo han tenido 50 alcaldesas diferentes frente a 242 hombres. Localidades como Cullera, l’Alcúdia, Alberic o Corbera siempre han estado dirigidas por varones

Tamarit, Bastidas y Trenzano, primeras alcaldesas de Sueca, Alzira y Algemesí.

Tamarit, Bastidas y Trenzano, primeras alcaldesas de Sueca, Alzira y Algemesí. / Levante-EMV

Rubén Sebastián

Rubén Sebastián

Más de dos décadas han pasado desde el inicio del siglo XXI. Y más de cuarenta años de la constitución de los primeros ayuntamientos democráticos. Pero todavía existen techos de cristal que constriñen a las mujeres. A pesar de los numerosos avances que se han producido, los datos reflejan una realidad discriminatoria: la política es cosa de hombres. Casi trescientas personas han capitaneado las alcaldías de los ayuntamientos de la Ribera entre 1979 y 2023. Solo un 17 % eran féminas: 50 de 292. Hay municipios, de hecho, que siempre han estado presididos por varones.

«Si la mujer representa la mitad de la sociedad, el poder político y el poder económico tienen que ser también de las mujeres», proclamaba hace escasos días el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en defensa de la llamada ley de paridad, que promueve una representación igualitaria de hombres y mujeres en los órganos de decisión, tanto en la esfera pública como en la privada.

Durante años, estos puestos han quedado reservados para los hombres. La incorporación de las mujeres en las candidaturas políticas se ha dado de forma progresiva, pero, quizás, pausada. No ha sido hasta las últimas legislaturas cuando se ha observado un cambio palpable en la mayoría de partidos. Sin embargo, esta circunstancia no es suficiente para revertir una tendencia de escaso (o nulo en algunos casos) protagonismo femenino.

En treinta y ocho de los cuarenta y siete municipios de la Ribera, como mucho ha habido una mujer que haya accedido a la alcaldía. Y en diez, jamás ha tenido la posibilidad de sostener la vara de mando. Es el caso de: Albalat, Alberic, Benimodo, Catadau, Corbera, Cullera, l’Alcúdia, l’Énova, Sant Joanet y Tous. Todos ellos, pueblos dirigidos históricamente por varones. Y por falta de oportunidades no ha sido. Hasta siete alcaldes diferentes han tenido Alberic, Cullera, Catadau o Corbera en 44 años.

En el lado opuesto, Antella es la localidad de la comarca que ha tenido más mujeres al frente de su ayuntamiento. Cuatro: María Isabel Giménez (Partido Popular), Amparo Estarlich (PSPV), Emilia Ortiz (Gent d’Antella) y Eugenia García (PSPV). Mientras que el consistorio de Carlet es el único que puede presumir de haber tenido una alcaldía paritaria: tres hombres (Octavio Balaguer, José Suey y Salvador García) y tres mujeres (María Ángeles Crespo, Maria Josep Ortega y Lola Navarro) se han repartido la vara de mando. Además, en el municipio a orillas del Magre gobiernan las mujeres, de forma ininterrumpida, desde 1995. Además, el escenario difícilmente cambiará tras el 28-M ya que las listas de PP, PSPV y Compromís, las más votadas hace cuatro años, volverán a estar lideradas por una candidata.

Poca presencia en las ciudades

Las mujeres han tenido una presencia escasa en las grandes ciudades de la Ribera. Las urbes, que deberían desempeñar un papel ejemplarizante y ser punta de lanza de los procesos de transformación social, no han cumplido dicha función. Al ya mencionado caso de Cullera, donde jamás ha gobernado una mujer, hay que añadir lo sucedido en Alzira, Sueca, Carcaixent y Algemesí. La capital de la Ribera Alta no fue, precisamente, pionera en este aspecto.

La única alcaldesa de su historia, Elena Bastidas (PP), no accedió al poder hasta el año 2003. Mucho más tuvo que esperar Algemesí, localidad gobernada por hombres hasta que la socialista Marta Trenzano se erigió presidenta del ejecutivo local en 2015. Mismo año en el que lo hacía la candidata de Compromís en Sueca, Raquel Tamarit. El Ayuntamiento de Carcaixent, en cambio, ya tuvo a su primera alcaldesa en 1999 de la mano de la popular Lola Botella, que gobernó durante cuatro legislaturas consecutivas.

Las pioneras del año 1995

El año que supuso un antes y un después en la política de la Ribera fue 1995. Hasta entonces, ninguna mujer había tenido la oportunidad de dirigir un ayuntamiento. Las cuatro primeras legislaturas democráticas estuvieron protagonizadas por hombres. En aquellos comicios, las primeras alcaldías femeninas se hicieron realidad.

La exalcaldesa de Carlet, Mª Ángeles Crespo, en una imagen de archivo.

La exalcaldesa de Carlet, Mª Ángeles Crespo, en una imagen de archivo. / Vicent M. Pastor

No fueron muchas, vaya la verdad por delante. Una de las mujeres que inscribió su nombre en la historia de la comarca hace casi res décadas fue María Ángeles Crespo, que dio al Partido Popular su primera alcaldía en Carlet. Otra de las protagonistas aquel año fue Esther Guardiola (PSPV), alcaldesa de Castelló durante una sola legislatura. Por su parte, el Partido Radical Socialista Valenciano capitaneó la mayoría del hemiciclo en Llombai gracias a Montserrat Forés. Tres pioneras que abrieron un camino que cada vez más mujeres han seguido.

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