Retrato de una candidata incombustible

La combativa Marisa Bergaz aún forma parte a sus 75 años tanto de la lista de EU en Guadassuar y como de la autonómica tras una trayectoria de más de 50 años en política

Marisa Bergaz distribuye información del candidato de EU en Guadassuar, esta semana en el mercado ambulante.

Marisa Bergaz distribuye información del candidato de EU en Guadassuar, esta semana en el mercado ambulante. / Agustín Perales

Emma Sanchis

«Moriré con las botas puestas, ese será mi sino», proclama Marisa Bergaz, que a sus 75 años vuelve a formar parte tanto de la candidatura local de Esquerra Unida en Guadassuar como de la lista autonómica de la coalición. En este caso, su sino ha convertido a Bergaz en una política incombustible con una carrera de más de cincuenta años en la que ha llegado a formar parte del Parlamento Europeo, además de ser de forma repetida concejal en su pueblo: Guadassuar. Bergaz no se rinde y asegura que, aunque no tenga muchas opciones de volver a un cargo público, piensa morir luchando por sus ideas. 

La militante de EU narra que desde «muy jovencita» empezó a luchar «contra el franquismo en manifestaciones y acciones» en València y Cataluña, donde trabajaba. Volvió a su tierra y se enroló en el Partido Comunista antes del año 1975. Más tarde, hacia el año 1985, entró en los órganos de dirección estatal y llegó al Ayuntamiento de Guadassuar donde, pese a «no querer estar en un ayuntamiento», se quedó «para siempre». Lideró por primera vez la lista municipal en 1987 y ganó un escaño que renovó de forma sucesiva hasta el año 2011 cerrando en 2015 un ciclo de 30 años como concejal. Paralelamente, en 1999 formó parte de la lista de Izquierda Unida en las elecciones europeas, lo que le permitió ser en 2003 eurodiputada.

Compaginó su carrera política con su profesión de maestra hasta que se jubiló, salvo en algunos periodos muy concretos. La exeurodiputada asegura que, ahora como pensionista, sigue trabajando «por aquello por lo que entré». La militante de EU, «ni se acuerda» de las veces que ha formado parte de una candidatura desde lo que lo hizo por primera vez aunque, a bote pronto, no duda en calcular que superará con creces la decena.

«Continuaré luchando porque quiero cambiar el mundo, que acaben las guerras para que la gente pueda vivir en paz»

Entre sus preocupaciones está la sanidad pública. «Se necesitan personas, tenemos menos médicos cada día, estudian aquí y emigran al extranjero». También aboga por los centros de salud de los pueblos, más consultas de pediatría, reivindica la educación pública, centros de día y residencias públicas. A la candidata le preocupa que cada vez hay «más gente mayor y no las suficientes residencias para quién no tiene familiares directos». 

Marisa Bergaz, el jueves, en el mercado de Guadassuar en un acto electoral.

Marisa Bergaz, el jueves, en el mercado de Guadassuar en un acto electoral. / Agustín Perales

Marisa Bergaz considera que la diversidad de edades en las listas es «prioritario» para favorecer la diversidad de perspectivas. La fiel militante de EU piensa que los jóvenes deben ser tratados mejor porque «son el futuro de este país», al igual que no comparte el punto de vista de la gente que no confía en candidatos «mayores». Y acentúa: «Los jóvenes necesitan una buena formación política». 

La guadasuarense sufrió épocas en las que «las mujeres no teníamos tantos derechos». Bergaz explica que por aquel entonces las mujeres «estudiaban mucho» y luchaban por lo que querían el doble que los hombres. «En política las mujeres siempre hemos sido relegadas», protesta la candidata. Es de las partidarias de que todavía «queda mucho por hacer» por el feminismo, y advierte: «Estamos retrocediendo». El problema lo sitúa en que muchos hombres «continúan pensando que las mujeres son propiedad privada». Ante lo que se planta y sentencia: «No, somos personas y tenemos los mismos derechos de representar políticamente».

En su experiencia en el parlamento europeo, su lucha por le medio ambiente tuvo su punto álgido al tocarle vivir los «‘hilitos’ del desastre ecológico de Galicia», el Prestige. «Continuaré luchando porque quiero cambiar el mundo, quiero que acaben los bloques, las luchas y la guerra para que la gente pueda vivir en paz», expone la que fue miembro de la Comisión de Peticiones, de la Mujer y del Medio Ambiente del Parlamento Europeo. 

Bergaz afirma no poder retirase: «Debemos intentar que el mundo cambie, si no difícilmente tendremos una sociedad que ofrecer a la próxima generación». «Aquí no sobra nadie de ninguna tendencia, todos sumamos para transformar la sociedad», concluye.

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