Las elecciones de Montserrat se deciden en las urbanizaciones

El censo de habitantes del casco urbano y el de residentes en colonias y diseminados se ha equiparado en los últimos años al aumentar el número de personas que cambian las ciudades por los chalés

Urbanización San Joaquín de Montserrat, en una imagen de archivo.

Urbanización San Joaquín de Montserrat, en una imagen de archivo. / VICENT M PASTOR

Rubén Sebastián

Rubén Sebastián

Las elecciones municipales del 28-M se plantean muy reñidas en gran parte de los municipios de la Ribera. Cada localidad tiene unas peculiaridades que pueden decantar la balanza hacia un lado u otro. En Montserrat, el aumento de vecinos censados en los chalés puede marcar el resultado final. De hecho, ya casi están a la par los electores del casco urbano y los que residen en urbanizaciones, colonias y diseminados.

La localidad de la Ribera Alta ha experimentado un crecimiento demográfico espectacular. Ya ha superado la barrera de los nueve mil habitantes, cuando su padrón antes del cambio de siglo estaba por debajo de los tres mil. La irrupción de la pandemia ha agudizado las inscripciones en el censo poblacional al trasladar diversas familias su residencia definitiva a chalés espaciosos para huir de pisos y ciudades. De hecho, un millar de sus nuevos vecinos llegaron a partir del año 2019. Destaca, igualmente, la elevada presencia de foráneos en el censo. Muchas de las promociones urbanísticas se vendieron a extranjeros y se calcula que cerca del 20 % de la población es natural de Montserrat, algo más de un 60 % es valenciana o española y algo más del 15 % proviene de otros países.

El cada vez mayor número de residentes en chalés equipara ya el volumen de población de urbanizaciones, colonias y diseminados con el de habitantes del casco urbano. Una circunstancia que influye el rumbo de la política local. Hace veinte años, la Agrupació Independent General d’Urbanitzacions i Associacions (Aigua) entró como fuerza política en el consistorio y, en los últimos años, no ha bajado de los dos concejales. Además, ha ocupado cargos de responsabilidad en el gobierno de la localidad al pactar con el PSPV, que vuelve a liderar el actual alcalde, Josep Maria Mas. Junto a Aigua y PSPV, PP, Compromís, Ciudadanos y Vox aspiran a congregar el máximo número posible de los poco más de 3.000 votos en juego en el casco urbano y los otros tantos sufragios que provienen de los residentes en los chalés.

Una corporación mayor

Y la cifra podría incluso crecer. De hecho, Mas no descarta que en las próximas elecciones Montserrat sobrepase la barrera de los 10.000 residentes y, por ende, la composición de la corporación municipal pase de los trece concejales actuales a los 17 que prevé la ley electoral para las ciudades de entre diez y veinte mil habitantes.

Precisamente, en el municipio se han lanzado propuestas electorales encaminadas a ello, a buscar que el mayor número posible de residentes en urbanizaciones fije su residencia en Montserrat para poder mejorar la prestación de servicios públicos, que Aigua considera deficiente lejos del casco urbano. El ejecutivo local siempre ha defendido que el volumen de residuos recogidos y de consumo de agua sitúan la población media en unos 14.000 habitantes (si bien en picos estacionales se pueden superar los 20.000.)

El futuro político de Montserrat, a corto y largo plazo, se decide en las urbanizaciones, que tienen la llave de la composición del gobierno municipal.

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