El chupinazo que se disparó anoche marcó el inicio de una de las semanas más intensas del año en Algemesí, una ciudad pujante que despliega en el mes de septiembre sus dos señas de identidad más lustrosas: los desfiles de la Festa de la Mare de Déu de la Salud, declarada por su inconmensurable valor cultural Patrimonio de la Humanidad, y una de las principales ferias de novilladas que se programan en España.
Ambas exhibiciones festivas, la religiosa y la taurina, han atravesado altibajos en el curso de su dilatada historia. Acumulan siglos de tradición. La Muixeranga, símbolo de las procesiones dedicadas a la patrona, estuvo a punto de desaparecer hace cincuenta años y la Setmana de Bous también se ha resentido en ocasiones por razones económicas. En los últimos años ha tenido dificultades para adjudicar todos los cadafales.
La subasta que distribuye entre las peñas los graderíos de la singular plaza de toros, montada con madera y cuerdas sin anclarla a las casas, tal y como la diseñó el arquitecto Juan Segura de Lago en 1943, dejó por primera vez cuatro cadafales vacíos el año pasado, aunque luego nació una nueva peña. Pero la protesta de los antitaurinos, que ha proporcionado momentos de gran tensión en los últimos años, tampoco ayuda.
Ligero repunte
La alarma, sin embargo, ha acabado desvaneciéndose este año con la irrupción de dos nuevas peñas impulsadas por jóvenes que acaban de entrar en la veintena. El paso inexorable del tiempo diluye de vez en cuando los cadafales más veteranos y esa entrada de savia nueva ha dado un respiro a quienes luchan por mantener viva la llama taurina.
La repercusión económica de la feria es enorme. El presupuesto que maneja la comisión taurina ronda los 400.000 euros. El precio de los abonos oscila en función de las prestaciones que se reciben. La media supera los 300 euros. Buena parte del capítulo de gastos se destina a la contratación de los novilleros y al pago de las reses que intervendrán en la lidia vespertina. Los conciertos nocturnos también requieren abundantes inversiones. Este año actuarán los Inhumanos, Bustamente o la reputada orquesta Pato.
El ayuntamiento ha abierto el expediente para solicitar al Consell la declaración de Bien de Interés Cultural del sistema constructivo de la plaza de toros de Algemesí. La iniciativa se ha adoptado con los 15 votos a favor del PP, PSOE y VOX, y 3 abstenciones de Més Algemesí y EU. «No está apoyada en ninguna fachada y son los propios cadafaleros los que la montan; es un tesoro que tenemos que proteger y conservar», destaca el concejal de Tradiciones, Natxo Silvestre. Cuenta con una técnica de construcción ancestral que la convierte en una obra maestra. El objetivo que se persigue al declararla BIC es «contribuir a su preservación y promoción».
El sector hostelero tiene marcada esa semana como temporada alta. Es difícil encontrar hueco en bares, restaurantes y cafeterías. Las tiendas de alimentación y los comercios textiles también aprovechan ese tirón. Y la contratación de todo tipo de proveedores para las casetas de las peñas también genera un gran impacto comercial. La oferta lúdica que se ofrece en esos barracones ubicados en el parque Salvador Castell, sobre todo la gastronómica, es otro de los grandes alicientes de la fiesta.
Resistencias
Pero todo no son parabienes. Las nuevas tendencias de ocio, la animadversión que desata en parte de la sociedad el maltrato animal y la combativa actitud que muestran algunos partidos contra ese modelo festivo abren continuas brechas. En este contexto, el nuevo gobierno municipal, liderado por el PP con el respaldo de Vox, se ha convertido en un gran aliado del festejo. Su insistencia ha permitido ampliar los días festivos que asignó el Consell Escolar pese al rechazo que obtuvo esa propuesta entre la comunidad educativa. El alcalde, José Javier Sanchis, no oculta su firme propósito de revitalizar la feria para mantener vivas las tradiciones.
El presidente de la Comisión Taurina, Alberto Fernández, se muestra confiado. «La mayoría de niños sueñan en Algemesí con ser cadafaleros y no en vano es la fiesta que más dinero mueve en la ciudad». La calle desde hoy está llena.
El novillero algemesinense Nek Romero, una figura que apunta muy alto, se ha convertido en uno de los grandes estímulos que favorece la reactivación de la Setmana Taurina. Ya es un ídolo que arrastra multitudes. Sufrió una cornada en el muslo hace nueve días en un pueblo madrileño pero nada le impedirá presentarse ante sus paisanos mañana, domingo en la plaza en la que fantaseaba con dedicarse al toreo y en la que debutó. El año pasado ya fue el gran triunfador de la feria y quiere consolidar su progresión. Despierta tanta devoción que ya se han agotado las entradas para las dos corridas en las que intervendrá, puesto que volverá a encabezar el cartel el sábado 30 de septiembre. Para el resto de novilladas la venta también se anima. «Cada vez es más difícil encontrar una plaza libre», apunta Alberto Fernández. A.C. Alzira