Dos expertos corrigen a la baja el récord de lluvia que dio origen a la pantanada

Una investigación del doctor en Geografía Rafael Armengot y del periodista Vicente Aupí concluye que la cifra que se atribuía a la Muela de Cortes era incorrecta

Se mantiene el máximo histórico pero se reduce el volumen de precipitación

Armengot (primero por la izquierda) y Aupí, en el extremo derecho, en la Casa delBarón.

Armengot (primero por la izquierda) y Aupí, en el extremo derecho, en la Casa delBarón. / Levante-EMV

A.C.

Alzira

El extraordinario temporal que, en otoño de 1982, desencadenó la pantanada de Tous arrojó registros pluviométricos excepcionales en la cuenca del Júcar. El epicentro de ese fenómeno meteorológico se encontraba en el Mazizo del Caroig, una inmenso territorio agreste y deshabitado que nutre de abundante agua de lluvia todo el entramado de cauces, afluentes y barrancos que convergen en el Xúquer. El diluvio desencadenado durante la víspera y toda la jornada del 20 de octubre en la Muela de Cortes ofreció, en base a cálculos aproximados al quedarse pronto el pluviómetro desbordado por la tromba, un dato escalofriante: habían caído 1221 litros por metro cuadrado. Esa cifra incluso figuró en el sumario judicial que juzgó la rotura de la presa, pero 41 años después de aquel histórico acontecimiento sabemos que es falsa. Dos expertos, Rafael Armengot y Vicente Aupí, han comprobado que la estimación era incorrecta. En la casa forestal cayeron en realidad 882 litros, que mantienen el récord de lluvia registrado en 24 horas en España, pero que quedan lejos de la cantidad que se tomaba hasta ahora como referencia.

Armengot, doctor en geografía y metereólogo durante treinta años, siempre mantuvo dudas respecto a que «una cifra tan redonda e impactante fuera real». Y al periodista Vicente Aupí, que conmovido por la pantanada decidió especializarse en clima y medio ambiente, también le «sonaba un poco raro». Ambos decidieron despejar este año sus recelos y programaron dos visitas a la denominada Casa de Barón para estudiar lo ocurrido sobre el terreno y establecer de manera científica la cantidad real de lluvia que se midió aquella fatídica jornada. La estimación oficial obedecía a un baremo establecido por la Comisaría de Aguas del Júcar. El pluviómetro quedó volcado por el temporal y el aljibe que se encontaba bajo la cocina y el salón de la casa forestal se llenó muy pronto. Armengot y Aupí visitaron ese lugar en febrero y septiembre, midieron las dimensiones reales del depósito de agua, descontaron el espacio que ocupan los pilares y la bóveda y dedujeron que era más pequeño de lo que fijó el cálculo oficial. Las matemáticas les permitieron concluir después que el dato de referencia era incorrecto. Allí no podían caber más que 882 litros. 

«Todavía es es extraordinaria»

«No se puede acreditar, pero tampoco descartar, que cayeran los 1.121 litros que se consideraron oficiales», concedió el periodista antes de finalizar la charla que ofreció el pasado domingo en Benidorm a los socios de la Asociación Valenciana de Metereología (Avamet). Aún así, subrayó que los 882 litros por metro cuadrado que tanto él como Armengot defienden como dato más realista tras investigar la casa forestal suponen el máximo de lluvia recogida en 24 horas en España. «Perdemos ese umbral psicológico que sobrepasaba la barrera del millar pero sigue siendo una cifra extraordinaria», zanjó Aupí.

El doctor y catedrático universitario Javier Martín Vide, considerado uno de los mejores climatólogos de España, admitió después que el calentamientro global a «es una realidad» y que el Mediterráneo supone «una olla a presión». La consecuencia es que los veranos se expanden y los inviernos se comprimen. «Todavía llueve lo mismo que hace 40 años, pero ya aparecen en la estadística ciclos muy secos». Ante ello animó «a ser proactivos» para frenar las emisiones de CO2.

Las inundaciones «todavía pueden crear problemas serios»

Uno de los aficionados a la meteorología que asistió a la charla ofrecida por Vicente Aupí y Rafael Armengot en Benidorm preguntó a los ponentes si sería posible que la catastrófica pantanada de Tous pudiera repetirse. «Al menos deberíamos laminar la avenida informativa que sufrimos en 1982, porque yo me fui a dormir pensando, en base a las informaciones oficiales que se transmitían, que la presa de Tous había resistido», ironizó Aupí. «La presa se ha reconstruido con mayores garantías y los sistemas de alerta son ahora más precisos», pero a la Ribera «no le resultarán gratis todos las borrascas», agregó Armengot, consciente de la virulencia con la que azotan algunos temporales. «Todavía pueden llegar problemas muy serios», auguró.

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