Cullera consigue salvar la laguna para convertirla en un observatorio de aves
La Bassa de Sant Llorenç pasa de estar casi seca y llena de cañas y escombros hace tres años a presentar un aspecto saludable
La recuperación de los canales de drenaje ha sido determinante
La revitalización de los ullals también es clave
El alcalde: «La Bassa será un espacio de referencia para el avistamiento y estudio de las aves migratorias

Evolución de la Bassa de Sant Llorenç de Cullera en los últimos años / Joan Gimeno
Cullera ha conseguido sacar a la Bassa de Sant Llorenç de la UCI. Hace apenas tres años agonizaba. Estaba a punto de secarse por completo y se ahogaba en un ecosistema conquistado y rendido ante las especies invasoras. Las condiciones meteorológicas que impone el cambio climático tampoco ayudan. El déficit hídrico y las elevadas temperaturas dificultan la regeneración pero el plan de choque ha acabado funcionando. La laguna todavía necesita cuidados aunque ya no se teme por su vida. Su capacidad de reacción ha alimementado las esperanzas del ayuntamiento, que quiere convertir ese paraje en uno de los puntos de observación de aves acuáticas más atractivo del Mediterráneo para que pueda ser aprovechado tanto en la vertiente didáctica como turística.
En la primera fase de intervención el humedal ha sido sometido a diversos tratamientos. Durante los años 2021 y 2022 se dragaron los sedimentos, se retiraron los residuos inertes, se limpiaron y repararon las canalizaciones, se excavaron cauces, se eliminaron los cañaverales y se instalaron lonas geotextiles para evitar que germinaran las plantas invasoras.
Los resultados obtenidos son óptimos y animan a los especialistas a mantener la planificación prevista para recuperar de manera definitiva la laguna. El trabajo de los últimos tres años ha permitido a los expertos recomponer la dinámica hídrica del humedal, recuperar los canales de drenaje que mantienen las condiciones acuáticas del ecosistema y reparar los puntos en los que se detectaba una pérdida hídrica que ponía en riesgo el mantenimiento del paraje.
Retirada de residuos
El ecosistema protegido ha recuperado el aliento tras la eliminación de la vegetación invasora y la retirada de residuos contaminantes. Se han eliminado gran cantidad de plásticos, envases fitosanitarios y basura voluminosa, y se ha fomentado la biodiversidad con la replantación y el impulso de las especies vegetales autóctonas. Así vuelve a ser lo que era.
Durante el proceso de regeneración se han intentado recuperar los «ullals» subterráneos de los que se abastecía la laguna así como las aportaciones que se realizan desde los campos de arroz que se inundan cada año para garantizar la cosecha de la gramínea y garantizar las jornadas cinegéticas que se desarrollan durante el otoño y las primeras semanas del invierno.
Analizar la fluctuación de agua
El estudio del comportamiento del agua del humedal, financiado con capital procedente de los fondos europeos Feader y del ayuntamiento, ha permitido analizar la fluctuación del agua, las entradas y salidas de caudales desde la acequia y establecer la manera más adecuada de mantener los niveles imprescindibles para garantizar la supervivencia de la laguna y su entorno. Al mismo tiempo, los trabajos de limpieza de la zona han facilitado el descubrimiento de nuevos barrancos que recogerán el agua de la montaña y la aportarán a la Bassa.
En dos años la imagen del paraje natural ha mostrado una importante mejora. La limpieza y la recuperación del caudal de agua es ostensible. «La Bassa estaba llena de vegetación invasiva. Toda la zona se ha regenerado», destaca el gobierno local. Hoy, uno de los acuíferos más relevantes del parque natural de l’Albufera, enclavado junto a las primeras estribaciones de la Muntanya de les Raboses y a escasa distancia del Faro de Cullera, ya exhibe otra cara. La naturaleza recobra la vida.
El paraje va a transformarse en un mirador didáctico de aves que dé impulso al turismo
El objetivo del Ayuntamiento de Cullera para esta legislatura es la creación de un Centro de Interpretación de Aves que impulse turísticamente la Bassa de San Llorenç dentro de la ‘Xarxa Avista’. Ahora ya se dispone de algunas pasarelas y miradores de observación pero el plan es mucho más ambicioso y se aprovechará para complementar la oferta turística del municipio.
Cada temporada pasan miles de aves migratorias en su camino hacia los lugares más cálidos del planeta. Durante este viaje decenas de especies de aves aprovechan espacios como las lagunas para recuperarse antes de emprender de nuevo su vuelo migratorio. La Bassa de Sant Llorenç de Cullera es uno de los pequeños lagos donde estas aves descansan.
«Una vez finalizadas todas las intervenciones proyectadas, la Bassa se convertirá en un espacio de referencia medioambiental para el avistamiento y estudio de aves migratorias y autóctonas», ha avanzado el alcalde.
La adecuación del entorno, forma parte del plan del consistorio de restauración de la Bassa para «abrir una ventana» a la laguna y hacerla visitable, puesto que hasta el momento el acceso en este espacio ha sido bastante restringido. Esa vertiente pretende atraer al turismo ornitológico y a los amantes de la naturaleza habilitando un espacio para mirar y pasear con sosiego.
Con el objetivo de recuperarla, conservarla y protegerla, el ayuntamiento, el Parque Natural de la Albufera y de la Conselleria de Agricultura pretenden atraer nuevos fondos europeos Feader.
«La Bassa de Sant Llorenç estaba en un estado lamentable. Nos marcamos como objetivo recuperarla y protegerla, y hoy ya es un enclave único para el avistamiento de avifauna. Hasta el momento hemos realizado dos actuaciones importantes en colaboración con la Conselleria de Medio Ambiente y el Parque de la Albufera y vamos a seguir por ese camino», concluye Jordi Mayor.
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