Vecinos de Carlet denuncian robos en casetas de campo después del tornado

Los vientos derribaron las vallas del terreno y facilitaron el acceso a los ladrones

La alarma antirrobo no funcionaba porque se quedaron sin electricidad

El tornado arrancó las placas solares y dejó sin electricidad a la caseta, por lo que la alarma antirrobos no sonó.

El tornado arrancó las placas solares y dejó sin electricidad a la caseta, por lo que la alarma antirrobos no sonó. / Tania

Carlet

El tornado que arrasó varias zonas de la Ribera Alta dejó numerosas casas de campo vulnerables a los pillajes. Lejos de los lujos de un chalet, allí las llaman «casetas». Varios vecinos han denunciado robos en estos inmuebles por parte de ladrones que han aprovechado el destrozo ocasionado por el tornado para acceder a los inmuebles y llevarse los objetos de valor.

Es el caso de Tania, propietaria de una de estas casetas en Carlet. Explica a Levante-EMV que el tornado se llevó las vallas que cerraban el terreno, placas solares, mesas y más objetos que han quedado esparcidos en pedazos por toda la parcela. En su caseta, tenían un sistema de alarma antirrobo, pero dejó de funcionar por la falta de electricidad. «Aprovechando que nos quedamos sin luz y, por tanto, sin alarma, nos han robado toda la instalación de las placas, las baterías que están valoradas en mil euros, bombas de agua, televisiones, todo lo que han querido. Las típicas cosas de valor que se tienen en una caseta», detalla.

El tornado arrancó las placas solares y dejó sin electricidad a la caseta, por lo que la alarma antirrobos no sonó.

El tornado arrancó las placas solares y dejó sin electricidad a la caseta, por lo que la alarma antirrobos no sonó. / Tania

¿Cómo esta gentuza puede estar aprovechando la ocasión para hacer estas cosas?

Tania

— Afectada por los robos en Carlet

Tania comenta que este tipo de viviendas son «más vulnerables porque no estamos allí». Se trata de casetas a las que van a pasar el fin de semana o días sueltos. «Precisamente allí no teníamos seguro, pero sí alarma. Los ladrones se dieron cuenta de que ya no funcionaría porque sin placas no hay electricidad», cuenta. «Me da hasta vergüenza porque lo que me han robado no es imprescindible para vivir, pero me pregunto cómo esta gentuza puede estar aprovechando la ocasión para hacer estas cosas», se pregunta la vecina de Carlet.

La afectada por el pillaje fue a la Guardia Civil a interponer una denuncia que no ha podido llevarse a cabo todavía por los cortes de luz. «Me dijeron que no soy la única que ha acudido con el mismo problema, habrá más vecinos igual, pero aún no hemos podido hablar con ellos porque estamos incomunicados», comenta Tania.

«Los vecinos de la caseta de al lado viven allí siempre. Estaban en casa cuando nos robaron a nosotros y oyeron ruidos, pero no se atrevieron a salir en la oscuridad», expone. Tania fue a comprobar los desperfectos el miércoles por la tarde, un día después del tornado, y comprobó que, a pesar del destrozo, no le habían robado nada. El jueves por la mañana volvió tras el aviso de sus vecinos: el pillaje ya se había efectuado. «Pegaron una patada a la puerta para entrar y fueron a por lo caro», denuncia.

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