Dos editoriales de la Ribera pierden cerca de 500.000 libros por las inundaciones
Los sellos trabajan para reimprimir las obras con el objetivo de «no quedarse sin stock»
La editorial Bromera estima más de 325.000 libros afectados. / Levante-EMV
El sector editorial ha sido uno de los más perjudicados tras la DANA y las posteriores inundaciones del pasado martes 29 de octubre. Aunque muchos sellos de todo el territorio todavían están calculando las pérdidas -tanto económicas como materiales-, dos editoriales de la Ribera cifran en cerca de 50.000 los ejemplares perdidos en esta DANA. Bromera y Andana, cuyas sedes se encuentran en Alzira y Algemesí respectivamente, han sido las más perjudicadas, ya que su principal distribuidora -GEA Llibres- estaba ubicada en el polígono de Riba-Roja, uno de los municipios más perjudicados.
Edicions Bromera estima que se han perdido más de 325.000 libros, lo que supone unos daños económicos de más de cuatro millones de euros. «Este ha sido un golpe muy duro para el sector», lamenta su director, Bernat Bataller, que se encuentra en la zona afectada valorando los daños y rescatando las pocas publicaciones que aún se pueden recuperar, ya que no se han visto afectadas por el agua. Añade que a esta pérdida deben sumarse los fondos que se encontraban en librerías y centros escolares, que también se han visto afectados por las inundaciones y que posteriormente también tendrán que ser valorados.
Por su parte, Andana Editorial ha calculado que las pérdidas rozan los 110.000 ejemplares. En su caso, los libros también se encontraban en este polígono dañado, por lo que se encuentran evaluando los costes. Su editor Ricard Peris lamenta que los «libros más demandados se encontraban en la parte más baja, que ha sido la más perjudicada». Añade que, en el caso de esta editorial, se han perdido colecciones enteras, por lo que «sólo nos queda reeimprimir».
Campaña de Navidad
Tras valorar los daños, las editoriales preparan todo el material necesario para reimprimir próximamente las obras para, en sus palabras, «no nos quedemos sin stock». En el caso de Andana, señalan que algunos libros también se encontraban en distribuidoras de otras ciudades. «Por suerte, eso es lo que nos va a salvar».
Bromera, por su parte, trabaja a contrarreloj para «salvar» la campaña de Navidad. «Queremos hacer una campaña, aunque sea mínima porque íbamos a presentar muchas novedades y teníamos presentaciones», indican.
A estas pérdidas, se suma la incertidumbre de los trabajadores, ya que, como argumenta Bromera, «este sector crea muchos puestos de trabajo directos e indirectos, por lo que tenemos que velar por garantizar estos puestos». Señalan que el sector «deberá renacer del barro, ya que la cultura y, especialmente el libro, es el refugio en el que encontraremos la reflexión y la fuerza para continuar». Por eso, piden a la población que lea. «La lectura sirve para imaginar futuros mejores, pero no nos olvidemos que también da trabajo a muchísima gente, ya que detrás de cada libro hay un gran engranaje que funciona y trabaja conjuntamente».
"Algunas empresas tendrán que cerrar"
Esta nave de Riba-Roja se había convertido en una de las principales distribuidoras valencianas, por lo que en sus instalaciones se albergaban miles de libros, que se han convertido en papel mojado tras el paso de la DANA. La editorial Afers, con sede en Catarroja, también ha sido una de las perjudicadas por estas inundaciones. Su director Vicent Olmos lamenta la gran pérdida que va a sufrir el sector, ya que «había libros de muchísimas editoriales que se han perdido». En muchos de estos casos, sus sedes no se han visto afectadas, pero sí la distribución.
Añade que a estos daños se suman las pérdidas sufridas en las propias librerías de los pueblos más afectados de l’Horta y la Ribera. «La situación de las librerías es dramática, pero el problema se agrava todavía más con las pérdidas de esta distribuidora, ya que albergaba muchos libros», indica.
Ante esta catástrofe, lamenta que muchos sellos tendrán que replantearse su futuro, ya que no podrán hacer frente a las pérdidas. «Muchas editoriales tendrán que plantearse si siguen o no», concluye.
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